La existencia de esta película de Theodore Melfi (St. Vincent, 2014), pocos conocían la verdadera historia de estas tres mujeres que durante los años 60 proveyeron sus brillantes conocimientos nada más ni nada menos que para la NASA. Mientras Estados Unidos se batía a duelo con Rusia por la carrera espacial, unas afroamericanas marcaban un antes y un después en la historia del país y del mundo, en especial contribuyendo a poner un punto final a la segregación racial.
Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monáe interpretan a Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, dueñas de algunas de las mentes más veloces que existieron. Claro que no fue para nada sencillo, pues ellas no sólo lucharon contra sus desafíos personales y laborales, sino también contra la discriminación. Corría una época en la que ser mujer era difícil, pero ser mujer negra era prácticamente imposible para el desarrollo normal y cotidiano.
Más allá de la opresión, estas valientes representantes del poder femenino se impusieron, y alcanzaron logros jamás imaginados en aquel entonces. Mientras una de ellas proveía los cálculos matemáticos más complejos en el recorrido de una nave espacial, la otra manejaba la primera IBM construida, y otra se convertía en la única mujer en ganarse el derecho -previo juicio- a estudiar en la universidad de Virginia y graduarse en ingeniería. Si bien la hostilidad con la que los personajes son tratados en la historia no es 100% real, sino que fue utilizada para acentuar el conflicto, el trasfondo de estas cuestiones no deja de ser lamentable y casi imperdonable.
Y si vamos a hablar de injusticias, vamos a hablar de la ausencia de Taraji P. Henson entre las actrices nominadas a la mejor performance en los premios Oscar. Ella se preparó a la par de la verdadera Katherine, quien bendijo su representación tras disfrutar de la primera proyección. Hidden Figures (Talentos Ocultos) es un relato emotivo que funciona como protesta de la causa que tanto defendió Martin Luther King, pero que también nos cuenta una historia muy entretenida, que no escasea ni en humor ni en enseñanzas de vida, con diálogos filosos a los que sólo este tipo de actrices saben darle el sentido y la pimienta suficiente como para atrapar al espectador.
Puede que peque de repetitiva en algunas cuestiones, sin embargo, el guión es más que correcto, y cuenta con labores soporte de estrellas de la talla de Kevin Costner, Kirsten Dunst y Jim Parsons (sí, el cerebro en The Big Bang Theory, a quien dicho sea de paso le cuesta bastante despegarse de ese personaje). La película cuenta con talentos ocultos dentro y fuera de la pantalla, ya que por ejemplo, al ojo crítico se le pudo haber escapado la presencia de Mark Armstrong, hijo del famoso astronauta que abordó la misión del Apollo 11, entre una de las multitudes.
Por otra parte, el equipo creativo optó por un balance de colores en donde los tonos fríos remarcan las zonas de computadores, control y cálculo, mientras que los cálidos predominan en las escenas, digamos, más felices. Probablemente, la mayoría del público no entenderá ni la mitad de los temas que se discuten en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, pero eso no será un obstáculo para entender el mensaje.