Genias y figuras.
Talentos Ocultos nos propone ver la carrera espacial -historia que el cine ha contado numerosas veces y de la mano de distintos géneros- desde una perspectiva diferente e interesante. En este caso los protagonistas no son los valientes astronautas primerizos, sino todos aquellos que hicieron posible que una sofisticada nave pueda abandonar el planeta tierra y llegar al espacio exterior. Más específicamente, la película va tras los pasos de Dorothy Vaughan (Octavia Spencer), Mary Jackson (Janelle Monáe) y Katherine Johnson (Taraji P. Henson), tres brillantes mujeres afroamericanas cuyas innovadoras ideas en materia de computación, física y matemáticas, las llevaron a convertirse en miembros fundamentales de la NASA.
Pero estas mujeres no sólo hicieron posible algunas de las hazañas científicas más importantes de la humanidad, sino que también hicieron historia enfrentando una realidad completamente hostil, logrando romper con todos los prejuicios raciales y de género que pesaban sobre ellas.
La película transcurre durante la carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia, que si bien duró desde 1957 hasta 1975, sólo abarca los últimos años de la década de los 50 y los primeros de la del 60, época donde la segregación racial era total y las mujeres gozaban de muy pocos derechos; motivo por el cual todo lo que logrado por este trío de científicas tiene doble mérito.
Es interesante la ligereza con la que el director nos presenta esta historia que, por sus elementos, es propensa a caer fácilmente en el golpe bajo, el melodrama, o el aleccionamiento social. Ojo, con esto no quiero decir que la película explora su temática sin tomársela en serio. Por supuesto que hay drama. Por supuesto que hay comentario social. Pero todo en la medida justa, gracias a un guión conciso que se toma el tiempo para desarrollar sus personajes y de describir el drama de una realidad histórica. Con algo de humor y sin perder de vista lo que quiere contar, sumado a una muy correcta dirección y un ritmo muy ágil y ameno a pesar de sus dos horas de duración. Esta forma de encarar la historia hace que la película pueda ser disfrutada por toda la familia, algo positivo ya que la temática suele ser abordada mayoritariamente en películas apuntadas al público adulto.
Si bien Talentos Ocultos recorre casi todos los lugares comunes que acostumbran transitar este tipo de dramas optimistas y el relato es predecible desde el primer momento, no deja de ser una historia bien contada de la cual se puede disfrutar.
Las actuaciones son de primer nivel. Incluso aquellos actores como Kevin Costner y Kirsten Dunst que no pasan mucho tiempo en pantalla están muy bien. Pero por supuesto que el trío protagónico se lleva todos los aplausos. Si bien la gran Taraji P. Henson se destaca entre ellas porque su personaje es el más explotado, cada actriz tiene su momento para brillar y lo aprovechan al máximo.
Conclusión:
Talentos Ocultos es un film sin demasiados sobresaltos que no va a romper con ningún estandarte de Hollywood, pero su forma amena y entretenida la vuelven una buena opción para toda la familia.