No deja de ser triste que la historia de estas tres científicas de la NASA, que jugaron un papel importante en las primeras misiones espaciales de los años ´60, recién cobró notoriedad el año pasado con la publicación del libro, Talentos ocultos, de Margot Lee Shetterly.
Hasta entonces en los Estados Unidos nunca tuvieron un gran reconocimiento y al igual que otras mujeres importantes que se destacaron en el campo de la ciencia, los estudios de Hollywood nunca se interesaron en trabajar esta clase de biografías en el cine.
Una de las mayores virtudes del relato del director Theodore Melfi es que logra comprimir con solidez diversas temáticas que rodearon la vida de las protagonistas durante los años ´60.
Además de las historias personales de las tres mujeres, la película explora la segregación racial en la sociedad norteamericana, la competencia de la NASA con los rusos en la exploración del espacio, y el trabajo de los matemáticos antes del surgimiento de las computadoras electrónicas.
No es tan sencillo abarcar todas estas cuestiones sin perder el foco del conflicto y el director Melfi hizo un trabajo estupendo con su narración.
Desde la escena inicial en la que se presenta a los personajes principales, la trama resulta muy entretenida y en ningún momento el relato se estanca o se vuelve tedioso.
El retrato social que presenta de la década del ´60 es impecable y describe con muchos detalles las adversidades que tuvieron que enfrentar tres personas talentosas simplemente por ser mujeres negras.
La química entre Octavia Spencer (Historias cruzadas), Taraji P.Henson (Hustle & Flow) y la cantante Janelle Monáe es excelente y están acompañadas por un sólido reparto secundario donde sobresalen Jim Parsons (de la serie The Big Bang Theory) y Kevin Costner, quien tiene muy buenos momentos.
Talentos ocultos es una película que se disfruta mucho y además de transmitir muy buenos valores le hace justicia a la memoria de estas tres científicas de la NASA, cuyas contribuciones habían quedado en el olvido.