Talentos ocultos

Crítica de Mariano Torres - Fuera de campo

Los "números ocultos" a los cuales alude el título original del film (un poco más sutil que el "Talentos ocultos" que resalta lo por demás obvio) son los que operan en las sombras, sí, pero son también curiosamente los más importantes en la ecuación capaz de hacer despegar un cohete y poner en órbita al primer astronauta, allá por los años 60. Cumplen una función matemática, sí, pero en la película de Theodore Melfi (St. Vincent) también un claro rol social, en un contexto que los impulsa a resaltar por los demás. En otras palabras: a hacerse ver, aún si con todas las condiciones en contra.

Basada en la historia de tres enormes mujeres afroamericanas que triunfaron en la NASA, la película de Melfi funciona como un relato de época que recuerda los absurdos de la era de la segregación en los Estados Unidos, pero también traza un paralelismo con injusticias actuales que cambiaron apenas de color pero no de género: en uno de los mejores pasajes, donde una de las protagonistas conoce a su interés romántico, ésta se ve ante la necesidad de aclararle que el hecho de que sea mujer no quiere decir nada, sino que por el contrario es capaz de resolver los mismos o aún más complejos problemas que sus compañeros de trabajo.

La película cuenta la historia de la matemática Katherine Johnson (Taraji P. Henson) y sus dos colegas, Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) y Mary Jackson (Janelle Monáe), quien, mientras estaba trabajando en la división segregada de Ordenadores de Área Del oeste de Langley Research Center, ayudaron a la NASA en la Carrera Espacial. Utilizando sus cálculos, John Glenn se convirtió en el primer astronauta norteamericano en hacer una órbita completa de la Tierra.

Si bien Melfi es un experto en transitar esa delgada línea que separa lo melodramático de lo pomposo y exagerado, gracias al poder de sus actrices -y en especial de ese actor gigantesco que es Kevin Costner, en un rol secundario que por momentos hasta opaca el de las protagonistas- consigue convertirse en una película de un clasicismo notable, que aún con su simpleza a cuestas termina siendo uno de los más dignos filmes nominados a los premios Oscars de este año.