Emocionante búsqueda post tragedia
Nominada para 2 premios Oscar de la Academia de Hollywood, la película del realizador Stephen Daldry coloca en primer plano las relaciones entre padres e hijos con el trasfondo de los atentados a las Torres Gemelas.
Tan fuerte y tan cerca es un emocionante relato que recurre al flashback para reconstruír fragmentos (momentos claves) en la de la vida del pequeño Oskar Schell (Thomas Horn), cuyo padre (Tom Hanks) muere el 11 de septiembre de 2001 y cuya misión consistirá en encontrar una cerradura que coincida con la llave que éste le dejó.
En su incansable periplo, y con una madre ausente (Sandra Bullock), el protagonista se cruzará con distintos personajes en la ciudad de Nueva York; contará con la ayuda de una abuela protectora y de un inquilino que no habla pero que dice mucho (un excelente Max von Sydow, nominado al Oscar, y recordado por su papel del padre Merrin en El exorcista).
Todo sirve como excusa para que el director de Billy Elliot, Las horas y El lector explore las marcas que deja una tragedia y recomponga un panorama familiar que, desde el comienzo, se percibe enrarecido. Daldry sabe cómo contarlo y pone al niño Thomas Horn en un papel protagónico exigente que lo impulsa a buscar respuestas gracias a su inteligencia y sensibillidad extremas. Si el relato funciona es gracias a su impecable trabajo.
Se la puede tildar de lacrimógena, pero el resultado es altamente favorable teniendo en cuenta las subtramas que alimentan la película y por el armado que el cineasta supo imprimirle.