Tiene una vida intensa: vivió en Francia 30 años, tiene editado más de 30 discos y recorrió todo el continente europeo con el tango, Cedrón decide regresar a la Argentina en busca de lo que perdió pero nunca olvidó.
Aquí visita a sus amigos y familiares y se siente renovado, (en esta imágenes recordé algunas actitudes de Gustavo Santaolalla en cada momento que se encuentra con su gente y con su país); “Tata” disfruta tocando en una verdulería amiga en Villa del Parque entre cajones de verduras, la nostalgia están en las calles, en el Bar “el modelo” en Boedo, en Saavedra lugar donde nació en 1939, en la localidad de San Martin donde lo vemos almorzando en una fábrica recuperada por los trabajadores, en los Festejos del Bicentenario cuanto toco para millones de personas y en tantos otros lugares.
La cámara lo acompaña sutilmente su recorrido, se entrelazan los relatos biográficos y musicales, imágenes y fotos, donde se presenta la historia de toda una generación de artistas con los que compartió tantos momentos y proyectos.
Donde cada uno de estos artistas habla entrañablemente de Tata Cedrón de la pasión por la música, de su estilo de cantar, de frasear, contando sus vivencias y sus anécdotas. Y fue declarado Ciudadano Ilustre, en una ceremonia conmovedora.
El documental contiene sensibilidad, melancolía, frescura, las vivencias y no pretende analizar a este personaje, sino que va descubriendo a través de sus relatos parte de su vida y de su obra, hay ciento de personajes, de historias y de recuerdos. Actualmente vive en Argentina, aunque viaja regularmente a Europa, allí tiene a su hijo, nietos y amigos, y continúa manteniendo su obra.