Panahi, un ejemplo de ingenio y resistencia
La acción de este falso documental transcurre a lo largo de un día por la ciudad de Teherán, donde existe la costumbre de compartir el taxi entre varias personas que van para el mismo lado aunque no se conozcan. Los pasajeros tampoco conocen al taxista, por supuesto. Bueno, acá tres personas lo reconocen. Lo gracioso es que él no conoce del todo las calles. Se entiende, es un falso taxista. Es Jafar Panahi, el director al que las autoridades iraníes le han prohibido filmar pero, a partir de la prohibición se las ingenió para hacer ya tres películas.
Primero, cumpliendo arresto domiciliario, "Esto no es una película" donde escenificaba frente a cámara cómo hubiera sido la obra que quería hacer. Luego, cumpliendo arresto domiciliario en otra casa, "Pardé (título internacional, "Closed Courtain"), pequeña ficción. Y ahora, cumpliendo la orden de movimiento reducido dentro de los límites de la ciudad, "Taxi". Que no es la mejor de su vida, pero tiene algo muy valioso: vida. Como no está autorizado a filmar las calles de la ciudad, filma para el interior del vehículo, con tres camaritas Black Magic y un auto de techo vidriado para compensar la iluminación. Pero, como las camaritas se mueven, las calles igual se ven. Y encima los sucesivos pasajeros dicen lo suyo, que para eso han sido elegidos y guionados.
A su auto suben, entre otros, su propia sobrina, Hana, nena muy despabilada que también filma por su cuenta y discute con aparente inocencia sobre las pautas que las autoridades imponen al cine ("los buenos deben llevar sagrados nombres iraníes, los malos deben llevar corbata", etc.), un sobrino más grande, un tal Omid, videoclubista, y la abogada y activista Nasrin Sotoudeh, que lleva un ramo de flores para la familia de una chica detenida por el delito de haber ido a ver un partido de voley masculino.
Al respecto, es bueno recordar "Offside", su comedia en defensa de las mujeres que quieren ir a la cancha aunque lo tengan prohibido. El propio Panahi vino a presentarla al Festival de Mar del Plata, cuando todavía podía moverse por todo el mundo, salvo EE.UU., donde lo arrestaron y deportaron por sospechoso apenas llegó, y eso que había ido invitado a recibir un homenaje. Ahora, como él no puede salir de su país, envió a la pequeña Hana a presentar "Taxi" en el Festival de Berlín, y la nena volvió con el Oso de Oro a la mejor película. La verdad, no es para tanto, pero a esta altura el hombre ya es todo un símbolo, y un ejemplo de ingenio y resistencia. Y un talento múltiple: él hizo el guión, casting, producción, dirección, actuación protagónica, control de las camaritas, y encima condujo el taxi. Costo total, según dicen: aproximadamente 30.000 dólares, incluyendo la nafta.