Hay algo entre patético y conmovedor en ver a los adultos jugando como niños. Y, por más absurda que pueda sonar la premisa de ¡Te atrapé!, está basada en un caso absolutamente real: en 2013 The Wall Street Journal publicó la historia de diez amigos que empezaron a jugar a los 9 años a una suerte de “mancha” y, 23 años más tarde, todavía seguían haciéndolo. ¿Cómo y cuándo? Durante cada mes de mayo los participantes se perseguían unos a otros sin importar donde estuvieran (en el trabajo, en la calle, en sus casas) y viajando si hiciera falta de ciudad en ciudad. ¿Un delirio que los llevaba a malgastar energía física y mental e incluso a dilapidar dinero? Puede ser, pero todos disfrutaban del desafío, de la emoción y de la alegría de conseguir atrapar al “rival” de turno.
A partir de esa historia, Warner Bros. contrató a un director sin experiencia en el largometraje pero múltiples antecedentes en el universo de las series como Jeff Tomsic y a un importante elenco para concebir una comedia de enredos que, por momentos, parece una nueva entrega de la saga de ¿Qué pasó ayer? y, en otros, se asemeja más al espíritu de las sátiras torpes y lúdicas de Adam Sandler.
Entre los protagonistas están Hoagie (Ed Helms), un veterinario casado; Chilli (Jake Johnson), el típico perdedor que se la pasa fumando marihuana; Bob (Jon Hamm), ejecutivo de una aseguradora; y Sable (Hannibal Buress). Su objetivo será encontrar y atrapar al huidizo Jerry (Jeremy Renner), un gurú del fitness que está a punto de casarse y pretende abandonar el ritual “invicto”. Claro que el personaje de Renner parece una mezcla de los personajes que hizo para las sagas de The Avengers, Misión: Imposible y Bourne: no será tan fácil siquiera tocarlo.
La película es una mirada humorística, sí, pero también bastante impiadosa a la masculinidad modelo 2018 con protagonistas queribles, pero que al mismo tiempo exponen un alto grado de frustración en sus vidas que se ve de alguna manera compensada con esa alienación lúdica. Simpática y fluida, pero al mismo tiempo algo efímera y banal, ¡Te atrapé! resulta, al fin de cuentas, una disfrutable comedia con un digno nivel de gags físicos y verbales.