“No dejamos de jugar porque envejecemos. Envejecemos porque dejamos de jugar”. La frase con la que empieza ¡Te atrapé! sintetiza su filosofía. La ópera prima de Jeff Tomsic, escrita por Rob McKittrick y Mark Steilen, es una comedia basada en una historia publicada en The Wall Street Journal sobre unos amigos que en la infancia hicieron un pacto bastante particular: jugar a la mancha todos los meses de mayo hasta que la muerte los separe.
Hoagie (Ed Helms), Bob (Jon Hamm), Chilli (Jake Johnson), Sable (Hannibal Buress) y Jerry (Jeremy Renner) crecieron juntos e hicieron la promesa de jugar al juego que los mantendría unidos por el resto de sus vidas, sin importar las responsabilidades y obligaciones que tuvieran en la adultez.
Ya de grandes, los muchachos continúan comportándose como púberes entregados a su juego favorito. Por supuesto, cada uno tiene una personalidad bien definida: Chilli es el holgazán que vive en una nube de cannabis junto a su padre; Hoagie está casado con Anna (Isla Fisher) y decide buscar trabajo en la empresa de Bob, quien se convirtió en un exitoso hombre de negocios; Sable es el más inseguro e inestable emocionalmente; y Jerry está a punto de casarse y es el intocable, el invicto del tag (nombre en inglés del juego y título original del filme).
La personalidad obsesiva de Jerry hace que esté siempre atento a cada ataque de sus amigos. Jerry es una máquina invencible, y es el personaje que le da al argumento un poco más de consistencia y le permite a la película desplegar el recurso de la cámara lenta para las escenas de acción, donde se concentra el humor físico más efectivo, aunque no agregue mucho más que un par de momentos disfrutables.
En cuanto a las mujeres, son un verdadero acierto, ya que se complementan con sus compañeros y demuestran que hasta pueden tomar la posta de la historia. Sin embargo, al centrarse en una idea tan minúscula y endeble, la gracia y la novedad de ¡Te atrapé! se agotan a los pocos minutos.
Hacer una película que solamente consista en ver cómo los personajes se persiguen hasta agarrarse es de por sí algo muy arriesgado, sobre todo en el contexto actual de Hollywood, que trata de ganar la taquilla con productos fabricados con fórmulas seguras.
Pero si bien ¡Te atrapé! respeta el ya gastado formato de las comedias norteamericanas comerciales, lo bueno es que su empecinamiento en exprimir hasta el cansancio una idea disparatada marca la diferencia y nunca intenta ser otra cosa más que un filme sobre adultos que juegan como si fueran niños. Su convicción es tan contagiosa que no queda otra que aprobarla.