El director de El dedo en la llaga, Secretos compartidos, Apariencias, Nueces para el amor, Déjala correr, El juego de Arcibel, Una estrella y dos cafés y Sola contigo combina el drama familiar y el thriller político con resultados no siempre convincentes.
De larga trayectoria en el cine (su ópera prima, Perdido por perdido, data de 1993) y últimamente sobre todo en el ámbito de la televisión, Alberto Lecchi regresó a la pantalla grande con esta película que mixtura elementos del pasado más trágico de España (la Guerra Civil) y la Argentina (las heridas aún abiertas de la última dictadura militar).
Tras un prólogo ambientado -entre amores y bombas- en la convulsionada Tarragona de 1938, Te esperaré se concentra en la actualidad: Ariel Creu (Darío Grandinetti) es un arquitecto porteño que está casado con una psicóloga llamada Laura (Inés Estévez) y con la que tienen un hijo de 23 años, Federico (Juan Grandinetti). El protagonista -un marxista ya bastante cínico, escéptico y desencantado con la realidad argentina- entra en una crisis absoluta cuando se entera de que los restos de su padre han sido encontrados e identificados por el equipo de Antropología Forense en una fosa común. Miguel Creu fue un héroe de la República y luego -en su exilio en nuestro país- abrazó la lucha armada en los '70. La aparición del cadáver empieza a remover todo aquello que estaba tapado (negado) y genera fuertes contradicciones no sólo íntimas sino también con su hijo Federico. Las cosas se complican aún más con la llegada a Buenos Aires de Juan Benítez (Juan Echanove), un veterano e incisivo autor de best sellers que está escribiendo el tercer libro inspirado en la figura de Miguel Creu.
El film tiene buenas intenciones, algunos pasajes valiosos y sensibles (sobre todo cuando expone la incapacidad del padre para conectar emocionalmente con su hijo) y ciertos conflictos inquietantes, pero en la acumulación de subtramas y personajes (el cura amigo de Ariel que interpreta Jorge Marrale, el represor que encarna Hugo Arana, la fiscal de Ana Celentano o el escaso aporte de la española Blanca Jara) la película pierde cohesión y cede a la tentación de no pocos diálogos altisonantes y subrayados. Así, más allá de ciertos hallazgos narrativos de Lecchi y del impecable acabado técnico, Te esperaré nunca llega a funcionar del todo en el terreno del drama familiar ni -sobre la segunda mitad- en el del thriller.