Eso que siempre esta ahí
Jay (Maika Monroe) es una chica de 19 años que durante una cita es víctima de un extraño ritual, del que logra escapar. Creyendo que ha podido dejar todo atrás, trata de continuar con su vida normal junto a sus amigos. Pero algo se ha quedado con ella, un extraño ente, algo que toma diferentes formas la persigue, está con ella todo el tiempo, y puede volverse realmente peligroso. Para poder librarse de esto, Jay debe averiguar de qué se trata el ritual en el que estuvo involucrada, y hará todo lo posible para terminar con aquello que la persigue.
Simple, clara, con una estética despojada y buenas interpretaciones, la película narra la pesadilla que atraviesan la joven y sus amigos, construyendo un muy buen filme de terror, sin sangre a borbotones ni golpes de impacto, sino con un sólido guión, una buena historia y climas terroríficos donde no hay desmembramientos, sino ese terror psicológico que se mete en los huesos, acompañado por una excelente música electrónica algo ochentosa, que por momentos recuerda a los filmes de Argento.