La primera película como realizadora de la directora teatral y escritora es una combinación de documental y ficción centrada en lo que pasa cuando se reencuentran ex combatientes argentinos y británicos de la Guerra de las Malvinas y se les pide que rememoren y reconstruyan sus recuerdos más difíciles de aquella traumática experiencia.
Cine y teatro. Documental y ficción. Terapia y ensayo. Todas esas cosas, juntas, pueden considerarse como parte de la opera prima en cine de la reconocida artista, dramaturga y escritora. La película, que forma parte de un proyecto en gira que también se pone en escena como teatro y fue instalación, consistió en juntar en un mismo lugar y durante un tiempo a ex combatientes de Malvinas argentinos e ingleses (tres por “bando”) y hacerles volver a actuar algunas de las situaciones más duras, difíciles o traumáticas que vivieron allí. A eso, que hacen en conjunto los ex soldados de ambos bandos, hay que sumarle una mirada de Arias a las dificultades del proceso en sí y la convivencia de todos ellos, como si por momentos fuera un detrás de escena de un documental performático que se parece mucho a la ficción.
Con algunos puntos de contacto con las películas de Joshua Oppenheimer –quien hacía similares reenactments de momentos duros de la historia política de Indonesia pero en ese caso de parte de criminales de alto rango– o los similares experimentos de Rithy Pahn, aquí lo que se trata de poner en juego es la experiencia de los soldados, todos ellos parte de un sistema que los llevó a estar ahí y no les dio opciones. Por momentos las historias son conmovedoras, en otros se vuelven curiosamente graciosas (hay un soldado gurka que es todo un personaje). Hay escenas de camaradería entre unos y otros, pero en ciertos momentos hay también sospechas y suspicacias.
El experimento –que va de lo más puramente documental a escenas performáticas y otras directamente ficcionales– tiene sin dudas un costado terapéutico para los intérpretes y seguramente lo tendrá para quienes tengan una relación personal fuerte con el siempre controversial tema de la guerra de Malvinas. El filme de Arias trata de no tomar partido –aunque algunos de los ex soldados ingleses piensen lo contrario y lo expresen en cámara– y se propone como una manera de acercar miradas y experiencias traumáticas que, más allá de los distintos colores de los uniformes y de las banderas, no son tan diferentes.