Allá por 2012, Seth MacFarlane, el creador de la desopilante Padre de Familia, nos presentaba a Ted, un oso de peluche fumón, alzado y parlanchín que había cobrado vida con el simple deseo de su dueño, un pequeño John que de adulto encarnaba Mark Wahlberg (La Tormenta Perfecta, Los Infiltrados). Juntos emprendieron aventuras adultas llenas de sexo y drogas, ¡y eso sin contar la participación de Sam Jones (Flash Gordon), el ídolo de toda la vida de ambos!
Pero este 2015 lo encontró más... desganado. Con una trama que como idea era buena, Ted 2 se propone indagar sobre la identidad del oso: ¿es un ente inanimado, propiedad de John? ¿O es un ser vivo, autónomo, con conciencia propia, que debe ser considerado con los mismos derechos que los seres humanos? La pregunta viene como consecuencia del deseo de Ted y su esposa, Tami-Lynn (Jessica Barth), de tener un hijo, algo imposible por las condiciones biológicas del oso y por el vacío legal que se genera respecto a la pareja como adoptantes.
La trama es muy débil y completamente lenta, resumible en la premisa: el sujeto tiene un problema legal, se asesora con un abogado que investiga y arma un buen caso, la justicia falla a su favor, fin. Sin emoción, sin suspenso, sin tensión. Un argumento flojo que avanza en una sola dirección con pocos e insignificantes obstáculos, y emparchada con gags políticamente incorrectos o alusivos a la cultura pop, de esos gags que funcionan tan bien en Padre de Familia, pero de menor calidad acá. Previsibles. Y uno, en la comedia, a veces espera una acción, y es justamente eso lo que te causa gracia (por ejemplo, en El Chavo del Ocho, cuando entra el Señor Barriga, ya sabés que le van a pegar: te lo estás esperando y por eso mismo te hace reír). Pero en el caso de MacFarlane busca sorprender, descolocar, irse a la mierda, y la previsibilidad se vuelve su peor enemigo. Aunque, ojo, contados con los dedos de una mano, hay algunos momentos muy graciosos. Pero, para ver momentos graciosos inconexos, pongo un video de bloopers en Youtube y listo.
Las cortas apariciones del eterno Morgan Freeman y de Liam Neeson son, por lejos lo mejor por lejos, pero por supuesto no alcanzan para que el producto levante vuelo. ¿Amanda Seyfried? Bien , gracias. Insulsa y sin intensidad, como lo fue Mila Kunis en la primera película.
Definitivamente podemos llegar a la conclusión de que MacFarlane tiene serios problemas para sostener un largometraje. Ted llegó a buen puerto por la novedad y la química entre Ted y John, pero con Mil Maneras de Morir en el Oeste mostró la hilacha. Y con Ted 2 lo confirma. La duración de los episodios de Padre de Familia o The Cleveland Show le vienen como anillo al dedo, y es ahí donde realmente demuestra la fuerza de comediante que tiene. Con una duración mayor, su actitud se diluye y termina aburriendo horrores.
VEREDICTO: 3.0 - TEDiosa
Ted 2 no llega a enganchar, ni a entretener, ni a contar una historia que justifique su duración. Se trata de querer verla, empezar a quedarte dormido, despertarte con un destello de genialidad y dormirte de nuevo. ¡Despabiláte, MacFarlane! ¡Sabemos que podés darnos más!