Luego de que Ted contraiga matrimonio con Tamy-Lynn, en medio de una crisis con su esposa, toman la decisión de tener un bebé. Por obvias razones, Ted no puede ser el padre biológico de dicho retoño, por lo que acude a su mejor amigo Johnny para que sea el donante de esperma y así poder practicarle inseminación artificial a su esposa. El problema radica en que para que Ted pueda ser padre, necesita ser reconocido como una persona con todos los derechos civiles estadounidenses. Por lo que decide acudir a Samanta Jackson, una inexperta abogada para así obtener los mismos derechos que sus compatriotas, y poder ser padre.
Un osito de peluche de Taiwán
Cuando por el ya lejano septiembre de 2012 llegó a las salas de nuestro país la primera película de Ted, la recibimos con los brazos abiertos, en primer lugar porque era la opera prima de Seth McFarlane, y en segundo término porque la idea era tan absurda, tan fuera de lugar, que en medio de una avalancha de comedias bobas y sin gracia podía traernos algo fresco, y así fue, la primera cinta de Seth no falló y fue la película de Universal Pictures que más recaudo en el año 2012 y la comedia para adultos que más vendió en la historia del cine.
Con Family Guy, American Dad y Ted, McFarlane tenía el visto bueno para poder dar rienda suelta a sus proyectos cómicos, así fue que el año pasado llegó la bastardeada A Million Ways To Die In The West, o como la titularon en nuestro país: Pueblo Chico, Pistola Grande, la cual fue casi un fracaso tanto en crítica como en recaudación, aunque la idea de Universal (el estudio detrás de McFarlane) era producir la secuela de Ted y ponerle todas las fichas a ese proyecto.
Lamentablemente con Ted 2 se pierde algo esencial de la primera parte: el efecto sorpresa. Aunque esto es algo obvio: ya todos conocimos a Ted y Johnny, no nos sorprende ver a ese tierno oso de peluche lanzar insultos, drogarse o tomar alcohol, lo que era gracioso por ser tan novedoso e innovador en la primera parte, aquí ya no lo es. Y menos aún si tenemos en cuenta que gran parte de la cinta se trata sobre el litigio que lleva adelante Ted contra el bien común de Massachusetts intentando ser reconocido como una persona civil.
¿Innovador? No. ¿Gracioso? Algo. ¿Entretenido? Sin lugar a dudas. Muchos podrán cuestionar a McFarlane por su humor chabacano, grosero y explicito, pero que el actor sabe cómo utilizar esos recursos para generar comedia no puede negarlo nadie. Los chistes de mal gusto, las referencias pop, las figuras conocidas en pantalla, las coreografías, la buena música y el humor negro no faltan en la cinta, y eso es McFarlane en estado puro. El reparto se completa con Mark Walhberg y Amanda Seyfried acompañando con muy buena química a Ted, y aunque se extrañe a Mila Kunis, Seyfried no decepciona como reemplazo.
Conclusión
Ted 2 no sorprende en nada, pero funciona como comedia. Entre tanta basura del género humorístico que nos llega, la secuela del oso de peluche es algo bueno sin lugar a dudas. Con escenas totalmente absurdas, chistes groseros, y humor negro, McFarlane sabe sacar risas a quien le guste este tipo de humor, porque, obviamente este tipo de comedia no es para todos. Si bien no es tan graciosa como la primera, es una digna secuela que no decepciona. Recomendable para olvidarse de todo y reír un rato.