Yo soy tu amigo fiel
Mark Wahlberg y un oso animado protagonizan una comedia de lo más incorrecta.
Hay que tener hombría o ser un soberano lelo para pedir que el osito que tus papis te regalaron cierta Navidad se convierta en tu mejor amigo por siempre jamás, que hable y te acompañe por el resto de tus días, amén.
John Bennett lo hizo. Chico impopular en su barrio, si le pidió un deseo a una estrella, mejor que después se haga cargo. Y si Ted termina hablando y creciendo -es una manera de decir, porque John será un eterno adolescente con su compinche de peluche- y es su amigo inseparable, al fin y al cabo, John lo deseó. Y al fin y al cabo es su vida.
El asunto con John es que en su vida, cuando crezca y tenga 35 años y un trabajo por el que nadie pelearía, estará Lori (Mila Kunis), su novia, esperando que él termine por comprometerse con ella, le pida matrimonio, dé un paso adelante. Cuando Lori advierta que Ted es un osito bárbaro, pero también el amigote al que su novio sigue pegoteado, le llegará al muchacho el ultimátum. No es o él o yo, pero casi.
La comedia hollywoodense más exitosa, en términos de cantidad de público, del siglo que corre, tiene en su trama, por lo general, a personajes como John. Si no son adolescentes en su documento de identidad, nítidamente lo son en su adultez, y se niegan a crecer. Las películas de Judd Apatow lo testimonian. Y esta opera prima de Seth MacFarlane (38), creador de American Dad!
y Family Guy ( Padre de familia ), dos irreverentes comedias animadas de la televisión estadounidense, se sube a la ola.
Y al adosarle un personaje animado (no dibujado: se utilizó la técnica de motion capture , se lo agregó después por computadora), redobla la apuesta.
Ted es una comedia todo lo políticamente incorrecta que cabía esperar de McFarlane, que en el cine no se puso límites. Ted (con la voz del propio MacFarlane, quien también lo hace con sus famosos protagonistas animados en TV) se enfiesta, se droga con John, recibe prostitutas (cuatro) y hablando podrá parecer inteligente, pero es una letrina. El guión de Ted tira un par de premisas (la amistad incuestionable, y la necesidad de crecer, como persona y con su pareja) y les da una y otra vuelta, con gags graciosísimos y otros pasados de rosca.
Los treintañeros o cuarentones con nostalgia -otro tópico del Hollywood de hoy-, con guiños y homenajes del otro lado de la pantalla, también estarán complacidos y satisfechos con esta película. Hay mucha mención a Flash Gordon (el filme de los años ‘80 con música de Queen), a Indiana Jones y más.
Mark Wahlberg, en el personaje de John Bennet, da ese típico adolescente -un Ralph Macchio, ¿qué será de la vida del actor de Karate Kid ?- y parece embobado cuando debe parecerlo, e irresoluto y simpático casi siempre. Kunis (que trabaja con MacFarlane desde Padre de familia ) es la compinche ideal para la trama. Y Ted es un personaje al que no se le puede discutir nada. A ver si contesta.