Anexo de crítica: Los hermanos Coen vienen coqueteando con el western prácticamente desde los comienzos de su carrera pero Temple de Acero puede ser considerado como su primer relato del Oeste hecho y derecho. La ya extensa filmografía de este dúo creativo les ha servido de invalorable experiencia para diseñar a la perfección la historia simple, cruda y directa (a diferencia de títulos más herméticos como Barton Fink, Un hombre serio o el discutido final de Sin lugar para los débiles) de la que hace gala esta nueva adaptación de la novela de Charles Portis. Minimalista argumentalmente, muy precisa en su narrativa y con unos diálogos sensacionales que denotan tanto trabajo de escritura como elaboración interpretativa, esta Temple de Acero atrapa con su fluidez y deslumbra con la categoría de sus actores. El subvalorado Jeff Bridges sigue entregando actuaciones de antología: por su rol del Marshall Rooster Cogburn merecería nuevamente un premio Oscar. Matt Damon sorprende con un registro bastante alejado de lo que suele hacer y la adolescente Hailee Steinfeld exhibe una personalidad arrolladora logrando darle credibilidad a un personaje que con sólo 14 años de edad se enfrenta a los hombres con la inteligencia y el aplomo para ganarse el respeto de todos. Un debut cinematográfico de alto impacto...