Volvió el Western
Quizá porque me crié almorzando con los Cartwright, merendando con McCain y su pequeño hijo unas tardes y con los Ingalls, otras; quizá porque me la pasaba gritando "Haio Silver" con mi primo sobre los apoyabrazos del sillón cual si fuera John Reid sobre su Silver, el western es un género que me puede. Si a esto le agregamos un film- por muy remake que sea- dirigido por mis amores, los Coen Brothers creo que está todo dicho, aun cuando Temple de acero sea por el momento la película menos Coen que he visto. Y lo es quizá porque no se habrán animado a hacer una versión tan libre como la de Oh Brother... pensando en su antecesora protagonizada por John Wayne, una leyenda del género difícil de superar -habrán pensado tal vez.
Lo cierto es que esta cinta nominada a 10 premios de la Academia, nada menos, no se ha llevado ni un pelete y muchos quedaron reumiando broncas. Temple de acero es un film que sin discusiones es grande sobre todo por su fotografía y la labor de una joven niña a quien relegaron a segundo plano en las nominaciones cuando en realidad es la protagonista absoluta de esta historia, Hailee Steinfeld. Es una historia entretenida y llevadera que hubiera sido- he de decirlo- mucho más sabrosa si el sello Coen hubiera estado más presente. Escenas memorables- como la última media hora del film- y personajes atractivos, hacen de esta archinominada una de las mejorcitas que se asoman al año cinéfilo. Y aun cuando muchos encontraron trillados muchos elementos del film o estereotipados algunos personajes, lo real es que True grit (su título original) es un gran tributo al Western más clásico. Pensemos que después de todo no es fáci asomarse a un género que en su momento dominó por completo la industria y con el que parecería que ya nada puede contarse. Y es refrescante encontrar que realizadores, medianamente jóvenes como estos hermanos, se le atrevan.
En cuanto a su otro protagonista, Jeff Bridges, era obvio que no se haría por segundo año consecutivo con el Oscar, y si bien- agrego- no me pareció su mejor papel protagónico, no puede dejar de admirarse su personificación de Rooster Cogburn. El resto del reparto acompaña con gracia y terminan por delimitar una película más que correcta y que deja después de todo buen sabor de boca. Para ver en pantalla grande sin dudas, para deleitarse con un género que ojalá de a poco renaciera y para quedar boquiabiertos con la labor de Roger Deackins cuya cinematografía es simplemente maravillosa. Si aun no la vieron, aprovechen antes que la saquen de cartelera!.