El viejo Oeste, a la manera de los Cohen
A los hermanos Cohen les gustan las apuestas altas. Son de los mejores cineastas de la actualidad y en esta oportunidad se le animan a reversionar uno de los western más famosos de John Wayne, cosecha 1969. No voy a presentarles a estos cineastas, porque son mundialmente famosos desde sus inicios con la premiada "Fargo". Tienen el ojo puesto en las relaciones violentas, oscuras y en la descripción minuciosa de las manifestaciones tortuosas del alma. Se lucen en ese terreno y han dado muestras de gran plasticidad para ir transitando diferentes épocas y espacios en sus relatos siempre con su característico sello personal. En esta oportunidad, y a pesar de reconocer lo original de esta nueva versión, creo que "True grit" es una cinta aceptable pero no de las mejores del dúo.
El ritmo clásico de los western era una narración lenta, pausada, y con personajes no muy delineados en sus emociones, esquemáticos sí...Bueno, ahí está lo rico de esta versión, ellos (los Cohen) respetan las convenciones, pero la enriquecen con su estilo personal.
La historia presenta una venganza. Una pequeña de 14 años, Mattie Ross (Hallee Steinfeld) llega al pueblo la idea fija de contratar un sheriff que la ayude a capturar al asesino de su padre. En ese mundo de vaqueros instalado en el viejo Oeste, Mattie no la tiene fácil: nadie le presta demasiada atención por ser mujer, y además una niña. Pero ella no es alguien común, es sumamente preparada, metódica, decidida y audaz a tal punto que logra vender parte de la hacienda de su padre muerto a buen precio y además, contratar a un oficial de justicia para internarse en territorio indio y buscar al culpable.
Ese hombre es Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un sujeto inestable emocionalmente, entrado en años y con muy mala reputación en su actividad. Sin embargo, sus pares lo reconocen como un hábil rastreador, condición indispensable para la tarea a llevar a cabo. Paralelamente a esta contratación, Mattie dará accidentalmente con Laboeuf (Matt Damon), un texas ranger que persigue al mismo hombre que ella, con quien acuerda (luego de varias discusiones) aunar fuerzas para funcionar en equipo durante la búsqueda. A partir de ahí, los tres se internarán en las tierras indígenas a capturar al asesino del padre de Mattie... Tarea, nada sencilla.
En mi juicio personal, los Cohen respetaron demasiado el guión original. Esa tediosa primera hora se repite de manera casi idéntica y si no fuera por la gran labor de Bridges y la novata Steinfeld, nos habríamos dormido en la butaca. Los western tienen un tempo propio, para el que hay que tener cierta predisposición que no todos los espectadores tenemos. Sí, (y es una anécdota a nivel personal), mi padre ama el género y me hizo ver muchísimas películas pero jamás logró que despertara algún interés. El, sin embargo, los ama. Uso esta figura para que entiendan que esta recreación que proponen los directores puede ser muy interesante para quienes extrañan la atmósfera de los clásicos westerns, pero no lo será para el resto del público.
Es más, sino fuera una película de los hermanos Cohen ("Sin lugar para los débiles" debe estar dentro de mis diez películas favoritas de todos los tiempos), seguramente no hubiese entrado a la sala, aunque sea de las nominadas.
Una recreación que no pretendía ser homenaje del original, pero que termina siéndolo, un film correctamente estructurado que respeta los cánones de un género caído en desgracia (el western) y no mucho más. Tiene el sello familiar, pero el peso de la tradición limitó bastante el vuelo de la dirección. Regular, nada del otro mundo excepto que amen este tipo de cine....(que no es mi caso!)