Un adolescente expulsado de su colegio por conductas violentas se encuentra con su padre, un guía de caza a quien no ve desde hace diez años. La relación es tensa pero va construyéndose poco a poco, sin caer en clisés, a partir de cómo se complementan las figuras con el paisaje. Más allá de alguna sentenciosidad, hay una fuerza expresiva en el uso de las imágenes que conquista al espectador y le otorga otro peso a la historia.