En el nombre del padre (y del hijo)
¿Qué lleva a un cazador a querer matar aquello que ama? ¿Cómo puede aplicarse eso a las relaciones entre padre e hijo? Tales preguntas, entre otras, llevaron a la debutante Natalia Garagiola por el camino de su primer largo, filmado en las afueras de San Martín de los Andes. Hasta ahí llega un adolescente obligado a volver con su padre, al que odia. El padre tampoco lo quiere mucho que digamos, pero la madre ha muerto y el padrastro no tiene poder legal, ni fuerza de carácter para enderezar a ese muchacho bastante conflictivo. No hay mayores explicaciones. El espectador es obligado a deducir hechos y consecuencias, y a esperar vanamente que alguien le pare el carro a ese vago insolente, dañino, buscapleitos, ignorante y resentido. Además de inútil. Quien interpreta al padre es Germán Palacios, ideal para componer personajes de santa paciencia y callada reciedumbre. El hijo lo encarna Lautaro Bettoni, también debutante. En el elenco, Boy Olmi, Rita Pauls, Pilar Benítez Vibart, unos raperos neuquinos y unos posibles cazadores. Fotografía, realmente buena, Fernando Lockett. Asistente de dirección, el ya veterano Bruno Roberti ("Cerro Bayo", "Infancia clandestina", "Planta madre", "Sin hijos", "Una especie de familia", etcétera). Entre los coproductores ejecutivos, Abigail Disney, sobrina nieta del gran Walt, pero nada que ver.