Tenemos que Hablar de lo Siniestro.
Una mujer que responsabiliza a la maternidad de su no felicidad presente; un niño que crece sin uno de los alimentos más necesarios para vivir: el deseo maternal; un padre que hace la vista gorda frente al monstruo que se está engendrando; una sociedad reaccionaria que busca justicia basada en sensaciones pasionales.