Tenet es un film que reúne lo mejor y lo peor del cine de Christopher Nolan dentro de un proyecto jugado y complejo, que en la actualidad representa una especie en extinción de la industria Hollywoodense.
Pocos realizadores hoy pueden conseguir 200 millones de dólares de un estudio para contar una historia rebuscada que ya de por sí cuesta resumir en una simple sinopsis.
Más allá que la experiencia en la butaca después nos resulte insatisfactoria o sublime, hay que darle el crédito al director por atreverse a desafiar al público con un cuento que demanda una atención especial frente a la pantalla.
En este caso vuelve a retomar su obsesión crónica con la manipulación del tiempo a través de un thriller que presenta una fusión muy interesante de géneros, que va de la ciencia ficción al cine de espionaje.
Tenet es un film que te mantiene en el desconcierto permanente durante su primera hora, hasta que las piezas del rompecabezas que propone armar Nolan empiezan a encajar.
En lo personal es una propuesta que rescato por sus virtudes técnicas, donde ofrece un espectáculo extraordinario en los aspectos visuales que se planta a contramano del standard de los productos hollywoodense de estos días.
El tipo apuesta de un modo incondicional al cine de género de la vieja escuela y delega los cromas y los efectos digitales a un uso secundario para pulir detalles técnicos,
Por consiguiente, todas las escenas de pelea, tiroteos y persecuciones se sienten reales y emocionantes, inclusive dentro del divague que presenta la fantasía de la trama. Ya no es tan frecuente encontrarnos con secuencias de esta clase que te sorprendan al punto de tener intriga por saber cómo habrán sido filmadas y ese es un enorme mérito de la película que no debería ser ignorado.
Desde los aspectos técnicos es un prodigio descomunal y a la película no se le puede objetar nada. Si bien la trama es compleja tampoco es imposible de seguir y no hace falta tener un doctorado en física para entenderla.
Durante la primera mitad del conflicto Nolan inserta ciertas pistas y detalles que más adelante cobran relevancia durante la construcción del clímax. El tema es que después en su ambición desmedida por hacer una película más compleja de lo que ya es, luego se embrolla con varios giros argumentales que derivan en una narración confusa.
No ayuda tampoco que el relato esté construido con personajes chatos e insípidos que generan una constante distancia emocional. Llega un punto donde si mueren o les pasa algo a los protagonistas resulta indiferente porque nunca los llegamos a conocer. Son simples instrumentos al servicio de la narración.
John Davis Washington en el rol protagónico presenta un desempeño físico decente en las secuencias de acción pero su interpretación es bastante apática y cuesta conectar con él.
Por su parte, Kenneth Branagh encarna a un villano acartonado (peor que el de Jack Ryan) que parece salido de un episodio de Birdman, la serie animada de los años ´60 de Hanna-Barbera. Queda la impresión que el perfil de ese personaje fue construido a propósito y representa el techo que tiene el sentido del humor de Nolan, que siempre brilló por su ausencia dentro de sus obras.
Robert Pattinson le otorga un poquito más de energía a su interpretación pero no encuentra demasiado espacio para sobresalir y el rol tampoco genera un mayor interés. Esta cuestión se conecta con la gran desventaja que tiene Tenet y que le impide ser una mejor película.
Tal vez después del segundo o el tercer visionado se pueda apreciar con más claridad ese argumento magistral que concibió el director. Sin embargo, la primera experiencia no resulta tan cautivante como para dedicarle otro repaso y es comprensible en ese caso que haya mucha gente que no se enganche con esto.
En ese sentido Inception, que contaba con un mejor reparto y personajes interesantes, invitaba al segundo visionado con un mayor entusiasmo. Tenet se queda a mitad de camino.
No es la obra maestra de Nolan, pero tampoco es su peor película y si les gusta el tipo de cine que hace lo ideal es disfrutar la experiencia en la pantalla grande como corresponde.