Saliendo del closet
Muchos habrán conocido a Opzetek hace muchos años en el Festival de Mar del Plata o en el BAFICI donde se mostró "Haman, el baño turco".
Muchos otros lo habrán encontrado por primera vez a partir de un pequeño exito comercial de una obra de cámara "La ventana de Enfrente".
Pero quienes hayan visto una de sus películas más deliciosas "El hada ignorante" (con Stefano Acorsi y Margherita Buy) habrán descubierto las debilidades temáticas de Ferzan Opzetek, un director que mezcla una gran dosis de sexualidad en absolutamente todas sus películas.
De una impronta abiertamente gay, cada uno de sus films suele tener detalles atinentes a las minorías sexuales, pero sobre todo en "El hada ignorante" y en el estreno de "Tengo algo que decirles" el tema de la sexualidad es el eje fundamental del film.
En este caso el escenario es una típica familia italiana de un pueblo no tan chico pero donde el infierno es siempre grande cuando se trata de que un pater familia absolutamente rígido e impenetrable, arquetípicamente duro, acepte la elección sexual de uno de sus hijos.
El giro de comedia que toma el film es justamente porque Tomasso quiere "salir del closet" y en el momento en que está prácticamente decidido a blanquear su situación, encuentra que es su hermano mayor Vincenzo quien primero abre el fuego sincerándose respecto de su homosexualidad.
Es evidente que el pobre Tomasso no solamente no podrá decir lo que tenía para decir sino que además quedará en la linea de fuego entre su padre y su hermano. Un padre que toma como un tormento y una desgracia extrema esa noticia, se siente señalado socialmente y es así como se desequilibra precipitadamente un esquema familiar "tan bien constituido", resquebrajándose una fachada perfecta que todos tratan de sostener.
Típica famila escondedora de sus miserias y sus pequeños secretos, el impacto de la noticia es aún mayor porque hay una explotación comercial familiar en donde se mezclan lo laboral con lo familiar y la discusión entre el hermano mayor y el padre hace que finalmente quede al mando de la empresa el hijo menor, Tomasso quien no tiene afinidad alguna con el emprendimiento.
El sólo quiere ser escritor y quería no solamente contarles de su deseo profesional sino de no seguir escondiendo su identidad sexual, cuestión casi imposible de develar cuando ve cómo ha repercutido en la familia la noticia de su hermano Vincenzo.
Opzetek deja atrás todo tipo de dramatismo y le da un tinte desde las primeras escenas, de comedia italiana acelerada con todo lo que esto implica: desde la pasión que le imprime a todos los diálogos hasta lo exagerada de la reacción de los personajes llenos de pura sanguinidad y algunos trazos con brocha gorda con la que traza algunas características de los personajes de reparto (muy divertidas la tía que no para de tomar a toda hora del día y el personaje de la mucama de la casa) que completan con mucha simpatía algunas otras lineas de la historia.
El director ya claramente asentado en este tono pleno de comedia, vuelve a dar una vuelta de tuerca y una mirada distendida sobre la aceptación de las diferencias, la resistencia de ciertas generaciones a compartir ciertas temáticas, sin que por ello le imprima madurez y claridad en el tratamiento del tema.
Tal como pasaba en "El Hada Ignorante", Opzetek evidentemente sabe el terreno que maneja y logra particularmente momentos muy divertidos cuando viene un grupo de amigos gay a visitar a Tomasso -que se ha quedado a cargo de la empresa familiar y ellos insisten en que vuelva a Roma- y tienen que "disimular" algo que es a todas vistas indisimulable, logrando los momentos de mayor juego que tiene el film, ensayando incluso algún número musical casi al estilo "Priscilla, Queen of Desert" en el medio de la playa y el mar.
El título original "Mine Vaganti" refiere a "bala perdida" "tiro al aire", situación que parece que en la familia se viene repitiendo desde algunas generaciones anteriores y evidentemente estos personajes que han asumido papeles de choque y de transgresión han hecho que de estos "tiros al aire" surgieran cambios que se transmiten de generación en generación.
Un relato fresco, sin una mirada demasiado novedosa ni mucho más para aportar, pero que vuelve sobre un tema que es de gran actualidad aportando un planteo descontracturado y de comedia para contar la resistencia social que todavía hay en algunos sectores para aceptar con total libertad la vida que cada uno quiera vivir. Y rendirse a los deseos personales, tanto en la sexualidad como en cualquiera de las otras áreas de la vida.