Un vaivén de risas y llantos
Coincidencia o no, las dos últimas comedias provenientes de Italia con visos a un estreno comercial en Argentina giran en torno a la temática de la homosexualidad y las diferencias culturales que todavía ven a esta condición sexual con ojos prejuiciosos.
La vertiente de comedia gay con el trillado relato de la confesión es uno de los pilares en que se monta este film menor del turco Ferzan Ozpetek, Tengo algo que decirles (Mine vaganti), una comedia coral que transita por los caminos del melodrama familiar con exceso de estereotipos y duración, pero que sale airosa gracias a un elenco afilado y a la buena dirección.
Quizás el recurrente espacio de las cenas familiares como puente de grandes revelaciones es un recurso demasiado convencional más no por ello menos efectivo. Así, se desata el conflicto en el seno de una familia tradicional italiana, de vida bucólica y tranquila, dueña de una fábrica de pastas (claro, son italianos), cuando Antonio (Alessandro Preziosi), uno de los hijos y futuros herederos de la empresa familiar, confiesa ante todos que es homosexual provocándole al padre un pequeño infarto y ganándose la expulsión inmediata de la familia. Sin embargo, su otro hermano Tommaso (Riccardo Scamarcio) había llegado de Roma a la reunión familiar para salir del placard, aunque debe llamarse a silencio dado el escándalo generado por Antonio.
Desde ese lugar común pero indudablemente identificable con muchas realidades, el director de El hada ignorante practica una mirada ácida cuando de comedia se trata y bastante melosa y edulcorada al pasar al registro del melodrama. Ese vaivén de risas y llantos ocupa prácticamente todo el metraje, que adopta una dialéctica de contrastes de trazo grueso como por ejemplo vida de pueblo contra vida de ciudad; heterosexuales con doble moral que juzgan a homosexuales y cosas por el estilo.
No obstante, decir que la película se hunde en su propia superficialidad es poco honesto teniendo en cuenta la intención de una comedia ligera y pasatista que busca salirse del estándar pese a que muchas veces se vuelve reiterativa y poco sorprendente.