Una nueva líder por proteger
“Terminator: destino oculto” (Terminator: dark fate, 2019) es una película de ciencia ficción y acción dirigida por Tim Miller (Deadpool, 2016) y co-escrita por David S. Goyer, Justin Rhodes y Billy Ray. El filme constituye la sexta entrega dentro de la franquicia Terminator, sin embargo la historia funciona como secuela directa de “Terminator 2: el juicio final” (Terminator 2: judgment day, 1991), generando que la tercera, cuarta y quinta parte queden desechadas. En esta oportunidad, no solo James Cameron vuelve a estar en la producción sino que Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger retornan a sus icónicos papeles. El reparto se completa con Natalia Reyes, Mackenzie Davis (Black Mirror, Tully), Gabriel Luna, Diego Boneta (Luis Miguel: la serie), entre otros.
Tres años después de que Sarah Connor (Linda Hamilton) impidió el levantamiento de la inteligencia artificial Skynet, un Terminator llega a Guatemala con un objetivo bien claro: acabar con John Connor. En México, veintidós años después, un Terminator modelo Rev-9, mucho más avanzado, se hace presente desde el futuro con la misión de exterminar a la joven Dani Ramos (Natalia Reyes). A su vez, también aterriza en México Grace (Mackenzie Davis), una humana mejorada que debe proteger a la próxima líder de la resistencia (Dani). En problemas por las enormes habilidades que presenta el Rev-9, Grace y Dani se encontrarán en la autopista con Sarah, la cual se dedica a matar malvados robots. Juntas, las tres mujeres se embarcarán en un viaje para cruzar la frontera y llegar a Texas. Allí Sarah buscará descubrir quién es la persona detrás de un número desconocido que le envía mensajes con las coordenadas exactas del paradero de cada Terminator para que ella tenga el propósito de exterminarlo.
Haciendo de cuenta que “Terminator 3: la rebelión de las máquinas” (Terminator 3: rise of the machines, 2003), “Terminator: la salvación” (Terminator Salvation, 2009) y “Terminator Génesis” (Terminator Genisys, 2015) no existieron, esta nueva película llega para relanzar una saga que ya no daba para más. Apelando a la nostalgia de los dos primeros filmes, “Terminator: destino oculto” funciona y es entretenimiento pleno de principio a fin. Cargada de escenas de acción bien ejecutadas que incluyen persecuciones en vehículos, explosiones, helicópteros y hasta paracaídas, el filme tiene una trama que ya nos resulta familiar: en el nuevo futuro, Dani Reyes será la futura heroína de los humanos en vez de John Connor y, en vez de Skynet, la inteligencia artificial que destruirá todo lleva el nombre de Legion. A pesar de que el guión no cuenta con originalidad, el director consigue un ritmo trepidante que hace que el relato nunca decaiga.
Con una Linda Hamilton más ruda que nunca y un Schwarzenegger que recuerda al Rambo de la última entrega, la película ahonda sobre si el destino está marcado o lo hacemos nosotros a medida que pasa el tiempo, además de que explora cómo una máquina puede llegar a desarrollar consciencia sobre su accionar al convivir con los humanos. Por otro lado, los nuevos personajes se adaptan muy bien a esta aventura. El villano de turno, interpretado por Gabriel Luna, verdaderamente parece invencible por tener la capacidad de despegarse de su anatomía de robot y ser dos cuerpos que actúan para un mismo fin (uno como máquina y otro con aspecto de humano). Mackenzie Davis sorprende por su manera de desenvolverse en una cinta de acción, dejando ganas de verla en más películas de este estilo. En cuanto a Natalia Reyes, no resulta creíble cómo su personaje entiende tan rápido la situación en la que está y se convierte en luchadora. Sin embargo, la actriz logra tener química con Hamilton y Davis, hecho primordial para que el espectador genere empatía de entrada y se involucre en la historia.
Arriesgada con respecto a quién decidieron matar, divertida y completamente atrapante, “Terminator: destino oculto” nos recuerda por qué las primeras dos entregas nos gustaron tanto. Llena de poder femenino, la película se convierte en cine pochoclero del bueno que merece ser disfrutado en la pantalla grande.