La épica le jugó en contra
La nueva entrega de la franquicia comienza una nueva trilogía que retoma dos décadas después desde que Sarah Connor evitó el Juicio Final. Mencionar a James Cameron es decir éxito. Y hablar de “Terminator” involucra necesariamente al cineasta y productor. “Titanic” y “Avatar”, dos de las películas más taquilleras de la historia (hace poco superadas por el final de “Avengers”), son de su autoría y dirección, y parte de un trío de filmes que se completa con este de los androides del futuro. Cameron, entonces, funciona como una marca de calidad, o al menos de popularidad. Si a Terminator, con James como productor y creador de la historia, le sumamos Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger, nada debería salir mal, ¿no? El problema del prestigio es que te obliga a mantener la vara altísima. Y un equipo que genera tanta expectativa, tiene más para perder.
Así sucede en “Destino oculto”, nuevo producto de la franquicia que tiene una doble tarea: borrar parte de la saga, que contiene películas que avergüenzan, y comenzar una nueva trilogía. La historia se retoma dos décadas después desde que Sarah Connor evitó el Juicio Final (cambiando la trama de “Salvación”, en donde se mencionaba que había muerto en 1997). Dani Ramos (Natalia Reyes) vive de manera sencilla en México con su hermano (Diego Boneta) y su padre, cuando un nuevo Terminator, el Rev-9 (Gabriel Luna), viaja a través del tiempo para cazarla. Dani se unirá a Grace (Mackenzie Davis), una mejorada soldado del futuro, y Sarah Connor (Linda Hamilton) para sobrevivir.
Encontrar al T-800 (Arnold Schwarzeneger) podría ser su última esperanza. La trama funciona hasta que aparecen las fichas “seguras”, Arnold y Linda. Por desgracia, la épica les juega en contra, y no solo no suman a la historia, sino que, por la expectativa creada en torno suyo, la perjudican. Sus apariciones en el contexto y su preponderancia en la saga ponen en evidencia que el filme podría haber tenido un mejor resultado sin ellos. Ni hablar de ser uno de los filmes del año, pero habrían conseguido una superproducción más decente.