Por fin llegó el momento de hablar de Terminator: Destino Oculto, película que hoy se estrena en nuestros cines. El film es dirigido por Tim Miller y producido por el mismísimo James Cameron y además volvemos a contar con la aparición de Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger. Terminator: Destino Oculto sigue la historia de Dani, una joven mexicana que es perseguida por un despiadado robot asesino del futuro, Sarah Connor y Grace son sus guardianas, las cuales harán lo imposible por intentar destruir al Terminator y mantenerla con vida.
La saga de Terminator es una de las obras de acción y ciencia ficción con más seguidores y era obvio que iba a despertar mucho interés por la vuelta de Linda Hamilton en el papel de Sarah Connor reencontrándose con Arnold Schwarzenegger y que, encima, daban por descontadas en la historia a todas las Terminator que salieron luego de la secuela. Y, ¿Cuál es nuestra impresión? Que cumple, pero no deja de ser un film mediocre y sin embargo es mejor que las otras películas de la saga. La respuesta a esto es simple, Linda Hamilton. Quizás con lo siguiente nos pongamos un tanto detallistas y tal vez políticos, pero la realidad es que Sarah Connor es de esos personajes que se convirtieron en un icono femenino, pero claramente no era solo Sarah Connor, es también Linda Hamilton, ninguna otra actriz que la interpretó logró tener la fuerza que transmitía Linda y, en Terminator: Destino Oculto, su carisma es el alma de la película.
En ese sentido, si hablamos de las actuaciones, la tríada de Linda Hamilton, Mackenzie Davis y Natalia Reyes logra tener una química que es sin dudas lo mejor de Terminator: Destino Oculto. Ellas tres son toda la película, cada personaje está bien armado y mantienen diferencias que logran una sinergia que entretiene todo el tiempo. Gabriel Luna hace de un buen villano, con un diseño que mezcla el T-800 con el T-1000 y crea a un Terminator implacable. Las actuaciones de los secundarios son todas correctas y nos gustó que haya una preponderancia de personajes latinos.
Ahora pasemos al apartado técnico. Tim Miller cumple, pero no destaca, su trabajo en Deadpool es mejor que en Terminator: Destino Oculto. No está mal, pero el problema de la dirección va en conjunto con el del guion y es que la película se va desinflando a medida que pasan los minutos. Esto nos obliga a pasar al gran problema de la cinta, el guion. Terminator: Destino Oculto tiene un primer acto magistral, donde todo lo que vemos está bien, un segundo acto que se empieza a volver aguado y un tercero que cierra correctamente, pero sin brillo. Sí nos gustaron las historias de Dani y Grace, las cuales nos parecieron bien realizadas y que aportaban a la historia pero quien no aporta nada a la misma y más bien la arruina, es el personaje de Arnold Schwarzenegger. Entendemos que es necesario para la industria vender entradas y que juntar a Linda Hamilton con Arnold Schwarzenegger es un éxito asegurado, pero para hacerlo de la forma que lo hicieron hubiera sido preferible que eliminen todo el arco argumental que involucraba al actor. Terminator: Destino Oculto hace un esfuerzo innecesario para meter al personaje dentro del guion y obliga a dar explicaciones burdas y encima le da un humor que solo hace reír por lo estúpido que es. Eso sí, las escenas de acción cumplen todas en su gran mayoría y nos mantiene adrenalínicos de principio a fin.
En fin, si sos fan de la saga, Terminator: Destino Oculto es una película obligada para ir a verla al cine (es la mejor después de Terminator 2), si te gustan las películas de acción vas a disfrutarla, pero no exijas demasiada coherencia argumentativa. Terminator: Destino Oculto, cumple, pero hasta ahí.