Arnold refritado
Después de ser gobernador de California por el partido republicano, Arnold Schwarzenegger vuelve a su papel de exterminador pero en el cine, interpretando nuevamente al rol que lo llevó a la fama: Terminator. En esta quinta parte, la saga reconoce en justa medida al protagonista absoluto de la serie –recordemos que Terminator: La Salvación (Terminator Salvation, 2009) intentó prescindir de él y así le fue- para hacer un revival ultra consciente tanto de sí mismo como de Terminator (The Terminator, 1984).
Basta ver la aparición en escena de Arnold en Terminator: Génesis (Terminator: Genisys, 2015)…¡¡¡peleando contra sí mismo!!! Si, porque la paradoja temporal hace todo posible (y la tecnología CGI también). La historia vuelve tanto sobre sí, que abusa de la voluntad del espectador que conoce y recuerda con nostalgia el clásico de los ochenta.
Tanto Terminator como Volver al futuro (Back to the future, 1985) hicieron de las paradojas temporales y viajes en el tiempo un recurso elemental de sus relatos. Y si Volver al futuro 2 (Back to the future II, 1991) se iba literalmente al carajo con el abuso de la idea, Terminator: Génesis hace lo mismo con el cyborg que viene del futuro a matar la esperanza de la humanidad.
Estamos en 2029 en la guerra de las máquinas. A diferencia de las anteriores el narrador es Kyle Reese (Jai Courtney), y no el mismo John Connor (Jason Clarke), líder de la resistencia. En un ataque estratégico entran al centro de operaciones de Skynet (corporación que crea la inteligencia androide para exterminar la humanidad) y descubren la máquina del tiempo que envió un T-800 (o sea, Arnold) a 1984 a matar a Sarah Connor (Emilia Clarke), madre de John antes de concebirlo. Comienzo de Terminator, donde vemos al humano Kyle enviado por la resistencia para defenderla. En ese año aparece Arnold viejo –pero no obsoleto reitera una y otra vez- defendiendo a Sarah ya guerrera de un T-1000 oriental. Kyle comprende que algo cambió el pasado esperado por él, un algoritmo temporal dirán que al fin de cuentas es una explicación bastante extraña y poco creíble. ¿Pero a quién le importa? La primera parte si la pensamos seriamente tampoco tenía la coherencia que la paradoja suponía. Esta quinta parte refrito de la primera, menos.
Kyle y Sarah Connor viajan al 2017 –desde 1984- justo antes del juicio final donde los espera Arnold más...canoso, para evitar la “génesis”. Ahí aparece John Connor, el mismo en edad y forma de 2029, que también viajó en el tiempo –pero a 2017-, sólo que ahora coquetea con Skynet e intenta matar a los protagonistas. Ahora sí la paradoja temporal es un caos sin solución, cuyo único fin es volver sobre las firmes bases del clásico, sin nunca tratar superarlo.
Auto consciente de la saga, para nada solemne e incluso con pizcas de humor, Terminator: Génesis busca divertir con sus innumerables guiños a los espectadores ávidos del mejor rol que supo interpretar Arnold Schwarzenegger en la pantalla. Él mismo se refrita y ríe de si mismo (su sonrisa es un tema en el film), como si se tratase de una película filmada en los años noventa, construida como paratexto de sus antecesoras, y hasta cierto punto parodiándolas. En ese tono, las explicaciones argumentales suenan ridículas, del mismo modo que los excesivos y poco realistas efectos especiales. Mucho no importa, porque lo valedero aquí es ver de nuevo a Arnold calzando su campera de cuero diciendo “Volveré (I'll be back)”.