La industria de cine de Corea del Sur es una de las más potentes del mundo: produce anualmente cerca de 700 largos y unos 1.400 millones de dólares en taquilla. Se hizo más visible en Occidente gracias al éxito reciente de Parásitos - cuatro premios Oscar-, pero su vertiente alternativa también es muy valorada en el circuito de festivales. Terremoto 8.5 es parte de la rama más rentable del negocio, una clase de película que tiene como modelo a los formatos estandarizados de Hollywood, en este caso el del cine catástrofe.
El film incluye a dos estrellas que garantizan rendimiento en el mercado local: Ha Jung-woo, actor, guionista y productor muy popular en su país, y Bae Su-ji, figura del K-pop más conocida por su seudónimo artístico, Suzy. Su trama es simple: un volcán cuyas erupciones presagian la desaparición de la península coreana bajo un maremágnum de lava ardiente y un científico/héroe que propone una estratégica explosión con armas nucleares para evitar el desastre. Pero esas armas están en una zona de la frontera entre Corea del Norte y China, lo que equivale a un problema político. Hay mucha acción, escenas espectaculares potenciadas por efectos especiales que los amantes de este tipo de ficciones valorarán, salvo que vean como un problema la decisión de los distribuidores en la Argentina de estrenar con doblaje al español, una tendencia que empieza a crecer peligrosamente en nuestras salas.