Los bomberos salvan corazones y hogares
Es imposible evitar comparaciones cuando hablamos de cine catástrofe. Si cada vez que llega cualquier desastre natural a la pantalla grande lo hace multiplicado por dos (Armagedon vs Impacto Profundo, Volcano vs Dante’s Peak, Twister vs Tornado) es comprensible que surja esta suerte de cotejo. Sin embargo el motivo principal de esta dicotomía, creo, es la falta de empatía del espectador con el factor humano -familia disfuncional, héroe devenido a menos, patrioterismo berreta, etc.- donde la espectacularidad de los efectos especiales son el motivo real por el cual se paga la entrada. Este es el caso de Terremoto: La Falla de San Andrés (San Andreas).
Ahora bien, si continuamos con las comparaciones Terremoto… (Brad Peyton) tiene bastantes puntos en común con 2012 (Roland Emmerich, 2009). Sin lugar a dudas el más importante es la vorágine destructiva que ambas películas desatan sobre nuestro querido planeta tierra. Es impresionante ver como avanzó la tecnología en pos de recrear escenarios apocalípticos a ese nivel de realismo. Empero, la gran diferencia es que en una se nota que es joda (John Cusack sobrevive al fin del mundo y jamás se saca la corbata, ídolo!) y en otra existe cierta solemnidad reprochable, aún más teniendo en cuenta los hechos catastróficos que se suceden a lo largo del film (yo también me hubiera ido a la mierda del estacionamiento, chupala nena). No obstante, Terremoto: La Falla de San Andrés funciona. ¿Por qué?… Por Dwayne Johnson.
La Roca te rema cualquier cosa. Es mundialmente conocido por sus apinochados dotes actoriles, pero el tipo exhala carisma. Como acertadamente dijo Hugo Zapata “con cualquier otro la película hubiese sido un bodrio insufrible”. Lo extraordinario es que uno realmente cree que él puede salvar a su familia, en extremos opuestos de San Francisco, en el intervalo de una tarde, durante el peor terremoto de la historia registrada!! Esto no pasaba desde los años dorados de Stallone o Schwarzenegger. Todo merito personal. La trama en general es bastante absurda, vista infinidad de veces, y el elenco no cobra mayor importancia más allá de ser relleno.
Dwayne Johnson exhala carisma.
Debo admitir que antes de comenzar a ver la película, me cayó demasiado bien el homenaje y agradecimientos que dedican a los bomberos de Argentina por la labor voluntaria que hacen a diario, remarcando en todo momento que son ellos realmente los héroes. Me predispuso de forma positiva y eso también es un acierto del equipo de marketing de Warner.
Finalizando, Terremoto: La Falla de San Andrés no será recordada exceptuando alguna antología de género en Wikipedia pero si ya viste Mad Max (película inflada que me pareció mala) es una opción súper entretenida para tener en cuenta.