Terrifier 2: el payaso siniestro

Crítica de Rosana López - Funcinema

UN NUEVO ÍCONO SE LEVANTA

El fenómeno indie Terrifier 2, que desembarcó en las salas argentinas, es una grata sorpresa global para los fanáticos del terror y nostálgicos amantes del slasher de los 80. Hacía tiempo que no existía una figura potente, desde Jason Vorthees o Michael Myers. Esta vez encarnado en un payaso diabólico mezcla de mimo, tan histriónico como It pero más gestual, sádico e impulsivo.

Y es que Art, el payaso, como se llama este antagónico personaje, ya venía pisando fuerte entre el género más gore y clase B desde su primera aparición en All Hallows’Eve, una década atrás, en una suerte de antología de miedo durante esa época festiva. En ella, una niñera comparte una película en VHS para que los niños vayan a dormir pronto. Un producto muy liviano y sin demasiado impacto, que sin embargo haría que su director, Damien Leone, comience a elaborar un interesante personaje de perfil psicópata no parlante. Y a destacar aquí en adelante a la actriz -en diferentes papeles- Katie Maguire, una suerte de scream queen en todas sus entregas.

Es así que por el 2016 surgió el spin off Terrifier, que cuenta las siniestras andanzas de este sujeto, desarrollado desde ese año por el talentoso y desconocido David Howard Thornton, bajo la dirección de Leone, con quien se afianzaría una sólida alianza audiovisual. Un film de culto, siniestro, brutal, para el deleite de un puñado de fanáticos que se volverían una horda. Quienes reclamaban más aventura, sangre y tripas ante el vacío de figuras de fantasía en el terror slasher de este último tiempo. Y quienes a la vez supieron deleitarse con la excelente manipulación de efectos de la vieja escuela sin tanto manoseo del famoso CGI.

Solo así puede entenderse esta locura indie de Terrifier 2, que es una película de un fanático del terror nostálgico en un claro homenaje para otros admiradores de un estilo de films casi extinto. Una propuesta muy esperada desde su anuncio, hace más de un año y medio, que disparó cantidades de adeptos por las redes sociales y sitios del género, como en este caso la productora de Bloody disgusting, principal responsable de esta entrega. Productora que ya recaudó fácilmente los 250.000 dólares invertidos.

Con respecto a esta segunda propuesta, observamos una trama más tradicional y sólida con una protagonista joven y empoderada -una suerte de princesa Xena- que hará lo posible para salvar a su familia de las garras de este obsesionado Art. Este payaso que resucita por una malvada entidad y regresa con sed de más asesinatos por el simple gusto de no aburrirse. Terrifier 2 mantiene ese clima lúgubre, inserta humor negro y sube un peldaño más en las escenas de asesinatos ultra sádicos inspirados, según Leone, en el mismísimo Jack, el destripador. Siempre con ese modus operandi tan amado por este mimo teatral, entusiasta en desfigurar rostros humanos.

En contra apuntaremos su desmedida extensión con 138 minutos que a veces flojea y se limita a un capricho insostenible, con poca profundización en algunos personajes y antagónicos que aparecen con poco desarrollo, como también el desconocimiento del origen del mismísimo Art. Pero a no desesperar, que seguro en puertas podrá venirse una próxima entrega donde puedan atarse estos cabos sueltos y necesarios que exigen los fans. Por ello, estos puntos negativos son perdonados por el carisma de este engendro maligno que supo ocupar una parte en el corazón de los espectadores de películas diabólicas.

Y me despediré con esta frase que describe acertadamente la génesis de Terrifier 2 en cuestión, por el colega Chris Evangelista de Slash Film: “Ver esto le da a uno la sensación de que está viendo algo nuevo, y ese es un sentimiento que simplemente no se puede vencer”.

Hay Art para rato, ¡salú!