Sangre, humor y miserias
En los 74 minutos de Terror 5 conviven cinco historias independientes que funcionan, a la manera de la exitosa Relatos salvajes, como muestrario de algunos de los peores vicios y miserias sociales: desde la corrupción institucional (hay referencias a la tragedia de Cromagnon) hasta el bullying juvenil.
El derrumbe de una obra en construcción en pleno barrio de Villa Crespo, que deja 15 muertos, pero con los funcionarios de la ciudad siendo absueltos de toda responsabilidad tras el fallo del juicio, constituye el marco para los distintos segmentos, que van desde un encuentro de disfraces entre amigos con uno de ellos como víctima predilecta; la venganza de los alumnos de un colegio secundario contra sus peores profesores; una pareja que va a un hotel alojamiento y, en medio de sus desencuentros sexuales, es filmada de incógnito por unos extraños; dos amigos que se comunican desde sus autos en misteriosas circunstancias, hasta el regreso de unos muertos vivos en busca de venganza (el segmento menos logrado por sus obvias simbologías y alegorías).
La ópera prima de los hermanos Rotstein -que luce una impecable producción y un virtuoso despliegue visual gracias al aporte del notable director de fotografía Marcelo Lavintman- regala mucho humor negro y explosiones gore con importantes dosis de sexo, perversiones, referencias al cine de zombis y a las snuff-movies. El resultado -inevitablemente desparejo a partir de su concepto de producción- tiene, de todas formas, muchos más aciertos y hallazgos que carencias.