Otra de miedo cámara en mano
Dos parejas chico-chica viajan desde los Estados Unidos a Europa con la idea de vivir su gran aventura continental. En medio de su estadía en Rusia, se ven tentados de visitar lo que alguna vez fue Pripyat, pueblo de trabajadores ubicado junto a Chernobyl, el gran ícono de los desastres nucleares de las últimas décadas.
Sin embargo, y confirmando todas las suposiciones que pueden existir antes de asistir a la proyección del film, lo que iba a ser un breve paseo por una ciudad radiactiva, termina siendo una espeluznante estadía en un terreno hostil y con presencia de extrañas apariciones (un oso, niños que hacen su entrada triunfal en el momento menos esperado) colocadas con sabiduría para asustar al espectador neófito.
Puede que Terror en Chernobyl asuste a los fanáticos de la saga Actividad paranormal (creada por el mismo guionista que este título que nos ocupa), puede que le atraiga a quienes se entusiasman con la estética de relatos contados cámara en mano para ofrecer algo de lo que logra provocar la narración ¿Necesitó Roman Polanski hacer temblar la cámara para que millones temieran a sus vecinos luego de ver El bebé de Rosemary?
Un reactor nuclear y un poco de oscuridad en pantalla dan como resultado aquí apenas un poco de terror con pretensiones adultas pero resultado adolescente y deudor, para colmo, de largometrajes que hasta hace poco se conseguían en cualquier cadena de alquiler de videos con nulas pretenciones cinéfilas. Más de lo mismo.