Seguimos en la misma.
Todavía no discerní que me aburré más, si ver otro fiasco del género de terror o tener que escribir lo mismo otra vez porque la situación no cambia.
Hasta que los cineastas no se pongan las pilas y empiecen a laburar en serio en lugar de ver si la pegan copiando fórmulas que consiguieron éxito en la taquilla, este tedio que ofrecen estos estrenos van a seguir repitiéndose un largo tiempo.
En el caso de esta producción es una lástima porque se desperdició un concepto que podría haber brindado una muy buena película.
Prypiat es una escalofriante ciudad fantasma que existe al norte de Ucrania y que estaba cerca de la planta nuclear de Chernobyl, cuyo accidente nuclear en 1986, representó uno de los desastres medioambientales más grande en la historia de la humanidad.
La gente que vivía en ese lugar en su gran mayoría trabajaba en la planta y cuando sucedió aquella tragedia todos los habitantes fueron evacuados.
Prypiat hoy parece un típico escenario post apocalíptico de un film de zombies.
Pese a que el lugar no podrá ser habitado hasta dentro de 200 años aproximadamente, debido a la radiación, existen viajes turísticos a ese lugar (algo que se conoce como turismo extremo) donde por unos dólares te guían por esa localidad dentro de las zonas donde la radiación no es peligrosa para la gente que tiene la feliz idea de pasear por ahí.
Hay lugares de la ciudad que están prohibidos justamente por este tema.
En You Tube pueden encontrar varios videos de turistas que anduvieron por ese lugar.
La verdad que es más interesante escribir sobre esto que de la película.
Hoy se cree que la ciudad está habitada por manadas de lobos que coparon, por decirlo de alguna manera, esa zona por lo que es necesario recorrer Prypiat con un guía porque es un lugar realmente peligroso.
El punto es que el disparador del conflicto que plantea este film no es descabellado y realmente existe en la vida real ese tipo de excusiones a la zona de Prypiat, que sin duda representan un gran material para imaginar una historia de terror.
Lamentablemente el concepto no estuvo bien ejecutado y Terror en Chernobyl es otro film olvidable con el que no te perdés nada si decidís dejarlo pasar.
El trabajo del director Bradley Parker tiene sus puntos fuertes en la ambientación de Prypiat (que por motivos obvios fue reconstruida en otro lugar) y la atmosfera tétrica que genera con la locación.
Lamentablemente el film se va a pique cuando sus protagonistas comienzan actuar como actores de filmes ochentosos del cine clase Z.
Es como si el reparto y los guionistas hubieran conspirado para cagarle la película al director. Es gracioso porque cada vez que Parker crea una situación de suspenso interesante en la zona de radiación, los personajes arruinan el momento actuando de manera estúpida y obvia.
Hubo gente a la que se le ocurrió la idea de refritar El Descenso en Chernobyl y lo que salió fue esto.
La idea conceptual de una historia de horror en Prypiat estaba buena pero su ejecución fue tonta y predecible.