Pie Grande, villano efectivo.
Un tétrico bosque y una cabaña en ruinas es lo que encuentran cinco amigos que desean hacer una fiesta salvaje. Sin embargo, ignoran que el legendario Pie Grande vive en el lugar y se convierte en un terrible matador cuando invaden su territorio. A poco de llegar los jóvenes (uno de los cuales es apasionado del cine y con su cámara registra cada movimiento de sus compañeros), la criatura tratará de eliminar a ese grupo uno a uno.
El director Eduardo Sánchez, que ya había demostrado su capacidad para abordar este género con El proyecto Blair Witch, aplica otra vez la receta: escapar de la truculencia de la sangre, mostrar la mayor parte de las imágenes a través de una cámara en constante movimiento y seguir el derrotero del depredador sin mostrarlo hasta sus escenas finales.
Así logra esta original propuesta que va aumentando en su tensión hasta un final inesperado. Bien vale destacar aquí el muy buen trabajo de los editores.