"El formato por sobre todas las cosas"
Pasaron años ya del impensado suceso económico y artístico que produjo la primera entrega de “El Proyecto de la bruja de Blair”, sin embargo uno de sus responsables continua hasta la fecha repitiendo formulas en busca de un resultado similar. ¿Lo logró con “Terror en el bosque”? Sí y no a la vez.
Es imposible que una película de este estilo y de un género tan popular y repetitivo como el terror logre un éxito similar al de aquel found footage de finales de los noventa. Sin embargo, desde hace ya varios años, hubo algunos exponentes interesantes que merecen ser destacados: “Rec” en España, la primera parte de la franquicia “Actividad Paranormal“, la británica “The Zombie Diaries“, la segunda entrega de la saga “V/H/S” (donde el director de “Terror el bosque” hizo su aporte), la terrorífica “The Poughkeepsie Tapes” y la impresionante “Cloverfield“, siendo esta última un verdadero batacazo económico.
Ahora bien, ¿Qué hay de la calidad y la originalidad? Muchas veces ambos aspectos quedan completamente relegados y el formato es el único elemento atractivo de estas numerosas propuestas que se realizan con un bajísimo costo de producción y que además cuenta con un público casi asegurado en todas partes del mundo.
El caso de “Terror en el bosque” me resultó bastante llamativo. El nuevo film de Eduardo Sanchez no es para nada una propuesta de mala calidad ni aburrida, sino que todo lo contrario; entretiene, asusta y mantiene al espectador enganchado hasta el final pese a contar con un personaje central no del todo popular en varias partes del mundo ni tampoco tan terrorífico como se lo intenta vender. Sí, estamos hablando de “Pie grande” o “Bigfoot”.
Desde el arranque nomas, el film deja en claro en los títulos que la criatura en cuestión es un mito urbano muy importante dentro de los Estados Unidos, donde la cifra de avistamientos de este “Hombre gigante peludo” es exageradamente elevada para los tiempos que corren y lo curioso es que básicamente no hay registros documentados a través de cámaras u celulares que sirvan para probar sus existencia. Algo increíble por los tiempos que corren y que alimenta y mantiene vivo este mito desde hace ya varios años.
Si “Terror en el bosque” llegaba a las salas hace 15 años, la innovación del formato, el respeto con el que se trata el tema (más que nada para no caer en el ridículo) y sobre todo el buen gusto que dejan algunas escenas puntuales dónde podemos ver a la criatura en acción a plena luz del día, la hubieran catalogado como una propuesta imperdible.
Lamentablemente, por los tiempos que corren, “Terror en el bosque” se convertirá en una película más destinada a mantener vivo dos mitos: El found footage todavía puede darnos algunas alegrías y Pie Grande…existe.
Seamos buenos.