Aunque está llena de sangre y horror, esta es una humorada bastante inocente de los Foo Fighters que recuerda (aunque potenciada) aquella cosa llamada Kiss contra los fantasmas, que era lo mismo pero sin sexo ni vísceras. Igual exuda amor por el cine y sus deformidades, lo que está muy bien y cuaja con el sentimiento rocker, aunque en el fondo es una “película de culto” demasiado calculada como para lograr tal estatuto.