Rarísimo: el primer film, de 2006, no se estrenó en salas (salió en video) aunque el videojuego en el que se basaba era bastante popular. La razón para que veamos esta continuación (que no requiere del primer film, seamos sinceros) es quizás que el terror y el 3D forman una buena combinación, toda vez que los efectos “de susto” se multiplican. Aquí hay una joven luchando contra fuerzas oscuras que han raptado a su padre. Es decir, lo más parecido hoy día a un paseo por el Tren Fantasma. Ni más, ni menos.