Justicia o razón
Una chica asesinada, un abogado interpretado por Ricardo Darín obsesionado con el caso, y un presunto asesino que juega con la ambigüedad. Inevitable asociar los vértices de este triángulo con El secreto de sus ojos, el thriller que le trajo el Oscar a Argentina. Pasadas esas similitudes, Tesis sobre un homicidio cobra vida propia.
La segunda película de Andrés Goldfrid (Música en espera) desarrolla la historia sin demorarse en preámbulos. Darín es Roberto, abogado retirado y profesor de derecho, parco y demasiado aficionado al Johnnie Walker, que recibe en su clase de posgrado al joven Gonzalo, hijo de una pareja de amigos con la que compartió un pasado lleno de secretos y al que no ve desde que es un niño.
Desde el comienzo, la pura intuición le dicta que el joven es "un hombre raro". Todo se acelera cuando aparece una chica asesinada en la facultad y su desconfianza se transforma es sospecha, mientras genera un vínculo muy cercano con la hermana de la víctima (Calu Rivero).
Darín crea un personaje mesurado, taciturno y porteño, con los aires solemnes de otros roles, sólido. El cordobés Alberto Ammann se pone en la piel de Gonzalo y con sutileza dibuja dos caras, la de un abogado brillante y la de un psicópata prolijo. En tanto, Calu Rivero aporta la cuota de ingenuidad y seducción femenina.
Goldfrid elige el punto de vista de Roberto para narrar la historia, y mueve al espectador entre el dilema de seguir el caso a través de la subjetividad de dicho personaje o alejarse de esa mirada y analizar el caso desde la paranoia de su extrañamiento. Para subrayarlo, hay un insistente protagonismo de primeros planos de la mirada de Darín, que no siempre es efectiva. Los ojos del actor pueden ser expresivos, pero no pueden reemplazar el desarrollo de la tensión del guion.
Algo similar ocurre con la música incidental, precisamente usada en algunas escenas, y excesiva en otras. Eso no quita que las piezas del relato se construyan con buen ritmo narrativo y atención al detalle, pero cuando aún falta para que el puzzle esté completo, la imagen final se dibuja con cierta previsibilidad.
"¿Querés hacer justicia o querés tener la razón?", le pregunta a Roberto uno de los personajes secundarios, y en esa duda se erige el juego estratégico de cazador/cazado entre los dos hombres.
Tesis sobre un homicidio cuida sus climas y ambientaciones, y es coherente en su tono. El thriller psicológico tiene momentos de tensión muy bien logrados, pero otros en los que, más que evitar los cabos sueltos, los ata y expone.