Encuentros cercanos de tipo argentino
Testigo de otro mundo (2018) explora, dentro del género documental, el universo íntimo de un granjero asentado en la soledad rural, quien asegura haber visto un Ovni en su pre-adolescencia. Apoyado en la excusa de la fenomenología, Alan Stivelman (Humano, 2013) avanza hacia el costado antropológico para tomar contacto con la cultura y creencias guaraníes. Registro que bien podría ser exportado a otras latitudes por los conceptos globales que maneja sobre la existencia del ser. Además, está apadrinado por el creador de ARPANET (la pre internet) Jacques Vallée.
El documentalista Alan Stivelman vuelve a congeniar lazos con Humano Films, joven productora dedicada al desarrollo de una línea temática que indaga en la búsqueda, orígenes y misterios de la identidad. Testigo de otro mundo logra un acabado documental que combina el estilo History Channel con el registro más abocado a lo autoral.
Viaje de por medio, el rodaje se desarrolla entre Argentina y Paraguay, particularmente en los ámbitos donde circula Juan, hombre que asegura haber tenido contacto del tercer tipo apenas era niño. Imagen de archivo mediante (el caso llegó en su momento a la televisión), se puede ver en conferencia de prensa a un joven que se quiebra y es incapaz de expresar el hecho que lo trajo hasta allí. Ese muchacho, hoy convertido en adulto chacarero, es entrevistado por Stivelman con el objetivo de terminar el pasado relato trunco.
El documental encuentra en la lucidez visual su mejor carta de presentación. Montaje, planos secuencia y desplazamientos de cámara transforman este registro vivo en una historia casi ficcionalizada, donde los conceptos fenomenológicos se fusionan con temas globales. Preguntas como, por ejemplo, ¿qué es el ser?, ¿existe vidas paralelas? ¿y en otros lados del universo? Son elevadas a un plano universal para ser pensadas por cualquier tipo de público. El documental, si bien está rodado en Argentina, apunta hacia otras latitudes.
Esa extraña, pero pintoresca combinación entre documental al estilo Fernando "Pino" Solanas y The History Channel, sale airosa y se propone trasgredir las barreras del lunfardo nacional. Además, a partir del personaje elegido, Juan, el realizador propone el desentrañamiento antropológico y conocer cada detalle de la cultura guaraní, impregnada de la sabiduría sobre la vida, el más allá y el lenguaje. Rica en su multiplicidad de tonalidades, Testigo de otro mundo logra su cometido: emprender dos tipos de viajes, el primero hacia el interior de la vida personal de Juan y cómo se desarrolló la misma luego del evento epicentrico, y otro que tiende un puente transversal hacia la comprensión de otros tipos de pensamientos.
Sostenida gracias al marco teórico inyectado por el creador del ARPANET, Jacques Vallée, la historia se hace convincente. El profesional, fuente de inspiración para la creación del personaje del experto francés Claude Lacombe interpretado por François Truffaut en Encuentro Cercano del Tercer Tipo (Close Encounters of the Third Kind, 1977), aporta desde sus conocimientos sobre ufología, pequeños detalles que van ayudando a Juan a recrear la escena que cambió su vida. Sin duda, otra llave para aprovechar y atreverse a cruzar la puerta de acceso al registro documental en el cine.