Una complicada trama criminal
Santiago Fernández Calvete debutó como director el año pasado con La segunda muerte, una película que introducía la clarividencia como posible llave para resolver un enigma policial. Esta vez, en Testigo íntimo, el argumento es decididamente realista: un joven y ambicioso abogado (Felipe Colombo) que trabaja para el bufete de una mujer poderosa y controladora (Graciela Alfano) se encuentra envuelto en una complicada trama criminal que involucra a su amante, una chelista que, para colmo, es la novia de su hermano.
El argumento, deliberadamente sinuoso, apunta directo a las paranoias provocadas por la hipervigilancia que propicia el desarrollo tecnológico, y Fernández Calvete recurre repetidamente al flashback para reconstruirla. También utiliza, con demasiada insistencia, la música incidental para subrayar los climas ominosos de una historia con personajes oscuros, atribulados y con pocas posibilidades de redención.