El mejor peor artista
“Here´s to the fools who dream.
Crazy as they may seem.”
En uno de los momentos más emotivos de La La Land, Emma Stone dedicaba una sentida canción a aquellos “locos soñadores”. El sueño era nada más y nada menos que convertirse en una gran estrella en, precisamente, la ciudad de las estrellas: Los Ángeles. Este mismo sueño americano fue el que llevó al infame aspirante a actor y director Tommy Wiseau a mudarse allí y congeniar una de las peores películas jamás hechas. Y si mientras que en aquella película de Damien Chazelle se recompensaba al talento y sacrificio de un par de enamorados, esta celebra el triunfo del espíritu de un par de amigos que encontraron el éxito en su más trepidante fracaso.
The Disaster Artist narra la historia de Greg Sestero (Dave Franco) un tímido y joven actor a quien le cambia la vida cuando conoce al extravagante Tommy Wiseau (James Franco), un actor con un look y acento extraños, del que se desconoce el origen, edad y aún más misteriosamente de dónde saca el dinero para solventar sus costosos gastos. La impronta de Wiseau y su poca percepción de la crítica (que luego se revelan como una abrumadora desconexión con la realidad) impresionan tanto a Greg que se convierte en su fiel aliado. Esto también lo hace embarcarse en su desopilante proyecto de filmar una película a pesar de no tener la más mínima noción de cómo hacerlo. Para cuando Greg quiera arrepentirse, ya habrá sido demasiado tarde…
El gran triunfo de James Franco, que hace las veces de director, es nunca apelar al modo más obvio para contar esta historia. Es notable el cariño con el que retrata al personaje a fin de nunca burlarse despiadadamente de él. Franco no solo luce y habla como el verdadero Wiseau, sino que SIENTE como él. Donde todos ven a un villano con apariencia de Frankenstein, Franco ve a alguien que siempre quiso ser el héroe. Él entiende que detrás de su horrible pelo, su peculiar acento y sus pocas luces, Wiseau es tan sólo un hombre que deseaba ser reconocido y amado. Él realmente comprende ese sentimiento y es lo que evita que caiga en la tan tentadora caricatura.
Esta es una película sumamente entretenida, una experiencia hilarante e incluso inspiradora. Dedicada a todos los artistas, esos locos soñadores, que no renuncian ni siquiera cuando la recepción a su arte es completamente la opuesta a la que esperaban.
*Crítica de Javier Puma.