En la oscuridad
Michael Shannon saca a relucir sus capacidades actorales para meterse de lleno en la piel de Richard Kuklinski, un asesino a sueldo que supo recibir encargos de la mafia en su larga trayectoria criminal.
“El hombre de hielo”, como lo apodaban, se muestra un tipo seco, de pocas y justas palabras, pero con un demonio dentro que se exterioriza sobre todo cuando quieren acercarse con malas intenciones a su familia, a quien nuestro protagonista adora con locura. He aquí lo interesante y tenso del relato: cómo puede convivir un sujeto manteniendo oculta una doble vida. Sicario desalmado de día y tarde; padre y esposo modelo de noche.
Con un arranque prometedor, The Iceman parece nos va a cautivar, sin embargo la línea narrativa nunca encuentra el componente exacto que permita que nos enfoquemos de lleno en lo que va transcurriendo. De todos modos y más allá de un andar manso, el producto se deja ver, tomando gran partido en el asunto la encarnación de quien no podría haber sido elegido mejor para el papel. Shannon convence y es creíble a partir de cada maniobra, gesto y expresión. En el bando opuesto en cuanto a méritos en el film, Ray Liotta concibe un personaje que pasa sin pena ni gloria, incluso en el ámbito de gángsters que tan brillantemente supo manejar en la memorable Goodfellas de Scorsese.
El predominio de filtros opacos, oscuros, con una iluminación baja y circunstancias que hallan un mejor emplazamiento en la noche ayudan a reflejar lo que Ariel Vromen quiere destacar, aquellos aires siniestros y sombríos que van de la mano con quien oficia de esbirro.
Interesante, con buen reparto aunque olvidable, The Iceman acaba siendo una buena propuesta con altibajos.
LO MEJOR: Shannon. Bien rodada.
LO PEOR: narrativamente irregular.
PUNTAJE: 6