Doble vida sangrienta
Parte de un hecho real: La historia de Richard Kuklinski, un famoso asesino a sueldo y buen padre de familia. La película va desde sus primeros días hasta su arresto por el asesinato de más de 100 hombres. Su menú de víctimas fue variado. Y su doble vida sorprendió a los suyos y a sus amistades, que ignoraban el revés tortuoso de este despiadado verdugo. El tema de la doble vida siempre interesa. Es fascinante cómo en un hombre pueden convivir sin molestarse demasiado personajes tan antagónicos. Está ambientada en los años 70 y 80, y el film lo retrata en sus dos lugares, en la calle y en la casa, con su parquedad, su frialdad y sus códigos. Es cierto que la realización evita los detalles morbosos, pero su mirada es menos profunda y menos sugerente cuando lo vemos como padre, esposo y amigo. La buena presencia Michael Shannon le da realismo a este asesino implacable y frío. Lo detuvieron en 1986, ni su esposa ni sus hijas tenían ninguna pista su verdadera profesión. Y jamás su familia fue a la prisión a visitarlo. El film es convencional y retrata sumariamente la soledad profunda de estos criminales atormentados que a pura sangre quieren librarse de sus demonios. Tiene buenos momentos, pero una realización rutinaria, sin fuerza ni densidad para retratar tanta desesperación y tantos contrastes, no aprovecha a fondo las aristas filosas de una historia espeluznante.