Atrapados en el hielo
Vromen se basa en el sicario estadounidense Richard Kuklinski, quien asesinó a más de cien personas durante décadas -desde deudores de apuestas a jefes de la mafia, incluyendo al suyo- para realizar su tercer largometraje. Kuklinski fue apodado el “hombre de hielo” por su técnica de congelar los cuerpos de sus víctimas, aunque en la película no lo hace él mismo sino otro asesino vocacional, conocido como Freezy, un Chris Evans irreconocible que recorre los barrios manejando un camión de helados.
Lo que está pendiendo de un hilo a lo largo de la película es la motivación del protagonista. ¿Por qué de un momento a otro decide convertirse en un asesino a sueldo y por qué como prueba de iniciación accede a matar a un vagabundo como si lo hubiese hecho toda la vida? La respuesta parecería ser, porque sí. Ninguna de sus acciones están justificadas desde una lógica interna del personaje. Si bien antes de que asesinar se convierta en su trabajo ya había matado a sangre fría a un hombre porque dijo algo inapropiado de su futura esposa, tampoco sabemos qué lo lleva a cometer semejante acto de salvajismo. Si bien al personaje lo rodea un aire de extrañeza, eso no alcanza para justificar su accionar. Puede suceder en la vida real, pero no alcanza para adquirir verosimilitud a nivel relato...