El film debut del guionista y director Derrick Borte parte de una idea muy original sobre una familia que parece sacada de "The Truman Show".
Kate, Steve, Jenn y Mick son los Jones, una amable grupo familiar que se muda a un selecto barrio de los Estados Unidos y rápidamente hace nuevas amistades.
Esta perfecta y adinerada familia siempre tiene lo último en moda, decoración y artículos para el hogar, ya sea electrodomésticos, electrónicos, ropa, comida o autos.
Pero los Jones no son lo que parece, en realidad son cuatro personas contratadas por una empresa de marketing para simular un exitoso estilo de vida y contagiar así el consumo entre los nuevos amigos y vecinos.
Cada uno de los integrantes de la flia. apunta a un target diferente: Kate a las amas de casa, Steve a los hombres de trabajo, y Jenn y Mick a los adolescentes.
Una genial estrategia de marketing, siempre y cuando los sentimientos de cada uno no se interpongan en sus objetivos laborales.
Este novedoso concepto plantea un análisis sobre la cultura de consumo norteamericana y esa necesidad de tener siempre lo último, mas allá si es necesario o no.
La película entretiene en la primer parte, en donde los encantadores Jones atraen a todos los que los rodean a consumir lo mismo que ellos tienen: un equipo de jogging, un celular, comida congelada, palos de golf, un televisor alta definición o lo que sea.
Pero cuando los integrantes de esta familia ficticia comienzan a mostrarse como realmente son y asoman los sentimientos, "The Joneses" pierde originalidad y recorre un camino sin sorpresas hasta un predecible final.
La hermosa Demi Moore, que está mejor ahora que hace 20 años, logra una buena actuación con destellos de aquella "movie star" de los años 90.
David Duchovny, que me empezó a caer bien gracias a su serie "Californication", pone su carisma en una buena interpretación.
Lástima que el director Derrick Borte no le encontró a la historia un cierre tan original como la consigna del film. Igual entretiene.