Sos de mentira, ya no servís
Estamos frente a una comedia negra sobre el marketing encubierto, The Joneses (2009) es una crítica social que coloca los puntos sobre las “íes” acerca de la nulidad de criterio de una sociedad consumidora al extremo, de la que se observan serias carencias de comportamiento individual y un perseguir colectivo de la felicidad material. Una interesante propuesta para ver en la comodidad del hogar aún no estrenada comercialmente en Argentina.
La familia Jones esconde un secreto. Como toda familia que se precie de ser perfecta, las mentiras se esconden y no dejan verse. En los Jones tal mentira toma un matiz altisonante: estos cuatro integrantes son en realidad empleados de una empresa de mercadeo encubierto que vende productos indispensables para el estilo de vida acomodado mediante alardes de la corrompida y sofisticada clase burguesa.
The Joneses combina el drama y la comedia. Intenta reflexionar sobre un gran mal de la sociedad de estos días como es el consumismo. Una sociedad abocada a la pasividad y al inconformismo, despojada de valores culturales, los que han sido ultrajados. Donde el blanco mas vulnerable son los jóvenes, estimulados en el consumo de alcohol y estupefacientes, inmersos en un autentico paseo inmoral de vida salvaje.
Allí cuando las agencias de publicidad nos aseguran la felicidad por el solo hecho de poseer uno de sus promocionados productos. Como asegura el tagline del póster publicitario: “Ellos no están viviendo el sueño americano, te lo están vendiendo”. Y esa verdad que se instituye como promesa de vida de los Joneses es el vivir en una mentira, que pasa delante de nuestros ojos y no nos damos cuenta, porque terminamos creando y creyendo lo que nos venden, como el súmum de la comodidad y el bienestar.
Por momentos el novato Derrick Borte parece agotar su pirotecnia de ingenios en el planteamiento inicial de la historia, perdiendo algo de ese toque de ironía a lo largo del desarrollo de la misma. La superficialidad en la que conviven sus personajes termina por camuflarse en los propios designios argumentales del film el cual culmina con un mensaje moralizante que tiene que ver con los convencionalismos que el cine norteamericano ha alimentado por siempre.
The Joneses no deja de ser un valiente intento, pero su desenlace desperdicia algo del desparpajo insinuado. El monstruo publicitario hollywodense se apodera del sarcasmo y también fagocita esa cuota de irreverencia tan necesaria. De todas maneras, una sociedad culpógena de su triste realidad puede ser el comienzo de una toma de conciencia de la futilidad y la insignificancia que la rodea.