Con magistrales interpretaciones y una ácida e irreverente sátira sobre la sociedad británica actual, The party es una comedia negra, con afilados diálogos y fino humor inglés, rodada en blanco y negro y ejecutada casi en tiempo real como si fuese una de obra teatral.
Una mujer -Kristin Scott Thomas- que acaba de ser nombrada Ministra de Salud en Inglaterra ha alcanzado el cenit de su carrera y decide celebrarlo con su entorno mas intimo de amigos. Sin embargo, lo que comienza como una celebración terminará como una verdadera tragedia cuando no tardan en salir a la superficie los conflictos, las envidias y odios escondidos.
Con una puesta de aires teatrales cuya acción transcurre en tiempo real y en un espacio reducido, que recuerda indefectiblemente a filmes como Un Dios Salvaje de Roman Polanski, o mas precisamente por el tema a el clásico de Buñuel, El discreto encanto de la burguesía, Potter presenta unos personajes que ejercen de arquetipo para disparar contra la democracia, la religión, el escepticismo científico, el idealismo, el capitalismo, el feminismo y los intelectuales, atrincherados en la teoría y la falta de compromiso, entre otros temas.
Así es como aparecen Bill -Timothy Spall-, marido de Janet apático y pasional según la ocasión; April -Patricia Clarkson-, la mejor amiga cínica e insensible de Janet con su marido Gottfried -Bruno Ganz-, un alemán budista que se gana la vida como coach; una pareja de lesbianas, Martha -Cherry Jones- y Jinny -Emily Mortimer-, que se lanzaron a la aventura de ser madres in vitro; y Tom -Cillian Murphy-, un banquero joven ambicioso y egoísta que viene a la fiesta sin su mujer, Marianne, a la que todos esperan y será el centro de muchos de los secretos.
El cinismo y la falsedad de cada uno de ellos irá saliendo a la luz en un retrato feroz de un país y cierta generación británica que entremezcla grandes cuestiones de la era contemporánea, proponiendo al espectador una ácida e irreverente comedia negra que señala la hipocresía de una burguesía ilustrada y progresista; la izquierda idealista y culta en fase terminal; la derecha neoliberal materialista y arrogante; y el establishment socialdemócrata enceguecido, que luchan por una sociedad que le da la espalda y que ha perdido la fe en sí misma y en el futuro.
Rodada en un cuidado blanco y negro y una duración ideal de hora y diez minutos, The Party es una inteligente y entretenida película, llena de frases ingeniosas y observaciones ácidas, con una celebración que da pie a una catarsis en cada uno de sus personajes moralmente difusos, acompañados de una banda sonora que pasea por el jazz, blues y reggae con una colección de brillantes canciones, adecuadas siempre al espíritu de cada momento y al estado interior de sus personajes.