La última película de Steven Spielberg, toma un tema que actualmente esta en el candelero en Estados Unidos. Cuales son los límites de la prensa? Es ella, la encargada de vigilar al poder, cuando el control construido entre instituciones no funciona? Y lo fundamental, el derecho del publico a ser informado es absoluto?
Durante la presidencia de Nixon, documentos secretos del pentágono, que detallaban años de encubrimientos sobre la guerra de Vietnam se filtraron. Luego que la corte suprema le prohibiera al New York Times seguir publicando dichos documentos, el Washington Post los consigue, y ahí comienza el dilema: como servidores públicos, los periodistas deben obedecer una orden legal, que va contra lo que juraron hacer y el centro de su labor? Cual es el límite de la libertad de expresión? Y además… cuanto estan dispuestos a perder nuestros protagonistas?
Con esa premisa, tanto Tom Hanks como Meryl Streep nos llevan a un momento en la historia de Estados Unidos que no podría ser más actual. Si cambiamos los nombres de Nixon por Trump, esto es lo que esta pasando. Y asumo, que por este mismo motivo, estos astros se juntaron a hacer esta película.
Más cercana para un público estadounidense, con el peso que la guerra de Vietnam tuvo con su historia, y al mismo tiempo su presente, podemos disfrutarla por el mero y lúdico ejercicio ético: que haríamos? Y que deberíamos hacer.
Punto aparte para el tratamiento que la película da sobre las condiciones y el mundo contra el que tenía que luchar una mujer. La descripción del machismo de la época, disfrazado de civilidad y buenas costumbres, mezclado con la sutileza en la que Streep lo navega, me pareció el punto más destacable de la cinta.
En definitiva, ni un peliculón ni un bodrio. Una buena película, pero nada más.