En los últimos 20 años, Steven Spielberg ha ocupado la silla de director en numerosas películas vinculadas con acontecimientos de importancia social e histórica. Amistad, Munich, Caballo de guerra, Lincoln y Puente de espías; entre otras, son parte de esta veta explorada por el realizador de grandes éxitos, que hacia mediados de los '80 con El color púrpura, decidió dar el salto del gran espectáculo a un cine con acento dramático.
En algunos de los mencionados títulos, la sobrecarga de solemnidad y subrayado, nos hizo extrañar a aquel mago del cine contemporáneo que emergió a pura potencia de entretenimiento hacia fines de los '70. De todas formas, con otras propuestas como Mi amigo el gigante, Atrápame si puedes e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal; Spielberg logró regresar a su cine inicial en una versión cada vez más pulida y con intacta capacidad hipnótica.
Con The Post, el ganador de tres premios Oscar, se ubica algunos peldaños debajo de su anterior opus histórico, la notable Puente de espías; pero aún así construye un relato atrapante con una notable destreza en el manejo del suspenso. La acción nos lleva a las entrañas de la redacción del Washington Post a comienzos de los '70, y a las disyuntivas de sus directivos sobre publicar documentos confidenciales, conocidos como los Papeles del Pentágono; que serían el comienzo de la debacle del presidente Nixon. En un principio, estos expedientes filtrados fueron dados a conocer al público por el New York Times, y tras un dictamen judicial contra dicho medio, que prohibió que siguieran publicando el polémico material, el Post quedó en una dura encrucijada entre el poder político y la libertad de expresión.
Los papeles en cuestión demostraban la complicidad de varios gobiernos en temas vinculados a la Guerra de Vietnam. Mientras diversos mandatarios habían proclamado consignas pacifistas, estos textos confirman la minuciosa planificación de un enfrentamiento que se extendió por más de una década, y dejó un tendal de jóvenes soldados norteamericanos muertos. Todo esto fue el preludio del escándalo Watergate, que culminó con la renuncia de Nixon a la presidencia.
Spielberg vuelve a esgrimir en esta película su pulso clasicista, con un correcto dominio de la puesta y un andamiaje narrativo sin fisuras, aunque como es habitual en su cine; por momentos el relato luzca didáctico por demás. Más allá de que la libertad de prensa es hoy un ideal o dilema tan apasionante como en los '70, The Post (que en nuestro país cuenta con el agregado Los oscuros secretos del Pentágono); también desarrolla un abanico de temas que tienen que ver con la evolución (¿o la involución?) del periodismo. La competencia entre diferentes medios por cubrir una primicia, la progresiva pérdida de poder de emporios que tradicionalmente pertenecieron a familias para luego ser parte de un conglomerado de accionistas, y las siempre peligrosas relaciones entre políticos y periodistas; son los ejes centrales que atraviesan un relato que logra elevarse por encima de la etiqueta de film testiomonial, para calar en la platea como un trepidante thriller.
La referencia más reciente con respecto a un film de Hollywood que coloca al periodismo en una labor justiciera, investigando un terrible flagelo y poniéndolo en conocimiento de todos; es el de En primera plana. La ganadora del Oscar a Mejor Película en 2016, ponía en el centro del relato a un equipo de comunicadores del Boston Globe, abocados a sacar a la luz una gran cantidad de casos de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes, que contaron con el amparo de las altas esferas de autoridades políticas y religiosas. Josh Singer fue uno de los guionistas de aquel galardonado y sobrio film, y también es uno de los responsables del guión de The Post. A diferencia de la película de Tom McCarthy, que se focalizaba minuciosamente en la investigación del caso, sin dar margen a subtramas de la intimidad de los personajes, este estreno de Steven Spielberg gana terreno en los momentos en los que lo laboral choca con la vida cotidiana de sus protagonistas: Kay Graham (una vez más, superlativa Meryl Streep) y Ben Bradlee (un Tom Hanks apenas correcto).
The Post es también una película que ilustra un tipo de periodismo y una estirpe cinematográfica en vías de extinción. En tiempos en que la mayoría de los medios caen en el abismo de las "fake news", y las coberturas moldeadas por el "copy/paste" o fuentes no del todo fieles como Twitter; el film de Spielberg muestra una redacción con decenas de trabajadores, y no el pequeño puñado de tipeadores que hoy sobreviven en las oficinas de medios gráficos o digitales. En una coyuntura en que la validez de una noticia pasa por su fugaz inmediatez, el periodismo de investigación ha quedado reducido al territorio de la rareza; y esta película nos devuelve a aquella afiebrada búsqueda de datos en la era pre informática, a puro y taladrante sonido de máquinas de escribir.
Pero lo más importante, y aquí volvemos sobre este director que saltó de ser el neo Disney del gran espectáculo al defensor de los parámetros del período clásico de Hollywood, es que su cine más allá de conservar moldes de puesta, narración y tipología de personajes; como fiel continuidad de las perdurables películas que la gran industria supo hacer entre los años '30 y '50 del siglo pasado, Steven Spielberg se resiste a la idea de despachar películas como si fueran embutidos. A su vez, en tiempos de salas dominadas por un público de franja teen, confirma que es posible dar en la tecla con un éxito de taquilla orientado al espectador adulto. Como hombre y como artista, demuestra que el cine le sigue importando. Fiel a esa premisa, Spielberg no sólo cumple, también dignifica.
The Post / Estados Unidos / 2017 / 115 minutos / Apta para todo público / Dirección: Steven Spielberg / Con: Tom Hanks, Meryl Streep, Bob Odenkirk, Bruce Greenwood, Tracy Letts, Allison Brie, Carrie Coon, Jesse Plemons, Michael Stuhlbarg y Sarah Paulson.